Es innegable el éxito acumulado por la Imagen Corporativa por décadas enteras e innegable, por acertadas, la toma de decisiones que cambiaron el panorama de pequeñas empresas de gestión casi familiar a grandes proyectos que relegaron al papel secundario a un departamento de ventas que no podía asumir la expansión que podía provocar un sólido departamento de Marketing. Ciertas y exitosas las estrategias y cambios radicales de imagen que hicieron de la Imagen Corporativa logos que son auténticas piezas de Arte o campañas publicitarias de inmenso valor creativo que exploraban las mejores formulaciones para atraer, desarrollando estrategias complejas de captación de clientes que terminaron dando un grado mínimo de belleza a los puntos de encuentro pero ¿será necesario seguir repitiendo las mismas acciones en un espacio - tiempo donde, sobretodo la relación con los grupos interesados ha cambiado de forma radical?
Cambiado el momento, hemos pasado de un espacio de conquista a un entorno donde la relación se empieza a prolongar en el tiempo y donde la habilidad necesaria para atraer empieza a perder, completamente, su utilidad. Los proyectos más avanzados, con más dedicación al estudio y a la puesta en pie de estrategias punteras comienzan a recomendar que no solo se atienda a la creación de un Valor Funcional y atan este valor a otros valores que aparentan ser, casi obligatorios para poder permanecer. Conocer de donde llegan y sobre que argumentos se sustentan esas exigencias, es vital para acometer los cambios estructurales necesarios y si no aparecen los errores recurrentes del diseño de una Imagen de Marca que por mucho que se publicite sigue obteniendo los mismos resultados que obtiene la imagen corporativa.
Mostrar intención de cambio pero no entender el concepto que se pide
De forma evidente, yo quiero adecuar mi modelo de negocio al cambio requerido, más cuando puedo percibir que el permanecer logrando fidelidad y confianza resulta mucho más difícil e imposible con los viejos hábitos
Seguir creyendo que con la pose está todo conseguido
No hay modificación en la estructura, en los procedimientos, en las estrategias pero se asume que con solo repetirlo, exactamente igual que hace la voz corporativa, basta.
Reclamar a la estructura interna el resultado
Si se acepta que sería conveniente efectuar el cambio, elegir reclamar el resultado a todos los implicados sin establecer procesos para implantar el nuevo modelo.
Confiar al departamento de Marketing la implantación de Branding
El departamento de Marketing tiene los recursos y los hábitos adecuados para lograr éxitos asombrosos en períodos de expansión pero, adolece de forma sistémica de la habilidad para permanecer en un diálogo donde la consigna sea ganar yo, sea como sea que nunca logrará establecer parámetros sólidos de confianza y fidelización.
Seguir estableciendo los canales de comunicación y difusión de uso habitual en la Imagen Corporativa
De nada, sirven los canales de éxito para campañas de conquista en períodos de compromiso en las relaciones. No se conseguirá que nadie crea en que tienes un Valor de Responsabilidad Social Corporativa correcto, vendiendo las acciones, mientras, no cumplas las promesas con el usuario externo y mientras, tus empleados, no sean capaces de aportar veracidad a tu compromiso social en el círculo más pequeño del entorno donde habitas.
Postergar el concepto de diseño y construcción de un Valor Emocional
En ningún caso, desde las estructuras, tanto internas, como externas, antiguas de la Era Industrial que dan como resultado a la Imagen Corporativa, se puede lograr que ni un solo empleado consiga trabajar en un entorno que potencie el talento y la creatividad necesaria para dotar de belleza cualquier elemento en construcción que luego tocará a los interesados en los puntos de encuentro.