Revista Opinión

Imágenes arquetípicas 2: El Ego

Publicado el 23 abril 2011 por Vali

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El Ego. El lado consciente de la personalidad

 

Aunque sus fundamentos son relativamente desconocidos e inconscientes, el ego es el factor consciente por excelencia.

 

El ego es una adquisición empírica -basada en la experiencia- de la existencia individual. Parece surgir en primer lugar de la colisión entre el factor somático y el entorno y una vez establecido se desarrolla a partir de nuevas colisiones con el entorno y el mundo interior.

 

El ego es el centro del campo de la conciencia, pero es dudoso que constituya el centro de la personalidad. Es parte de la personalidad pero no el conjunto de ella.

 

Como factor consciente, el ego podría ser descrito completamente, pero sólo daría una imagen de la personalidad consciente, no una descripción total de la personalidad, faltarían todas las facetas que son desconocidas o inconscientes para el sujeto. Las cualidades más decisivas de la persona son inconscientes y sólo pueden ser percibidas por quienes nos rodean, o han de ser laboriosamente descubiertas con ayuda exterior.

 

Jung denomina “el yo” a la personalidad total que no puede ser plenamente conocida. El ego está subordinado a “el yo” y se relaciona con él como la parte con el todo.

 

Dentro del campo de la conciencia hay “libre albedrío”. Pero así como nuestro “libre albedrío” choca con las necesidades del entorno también encuentra sus límites más allá de la conciencia, en el mundo interior subjetivo, es decir, entra en conflicto con las realidades de “el yo”.

 

El ego no sólo no puede hacer nada contra “el yo”, sino que en ocasiones es asimilado por componentes inconscientes de la personalidad que están desarrollándose y se ve enormemente alterado por ellos.

 

El ego organiza la mente consciente, se compone de percepciones, recuerdos, pensamientos y sentimientos conscientes. El ego cumple la función de filtrar la entrada a la consciencia.

 

El ego provee la identidad y la continuidad de la personalidad, porque con la selección y eliminación del material psíquico el ego puede mantener una cualidad continua de coherencia en la personalidad

 


Para que el proceso de individuación pueda avanzar, es necesario lograr que el ego permita que mayor cantidad y variedad de experiencias se tornen conscientes.

 

Las experiencias que no logran pasar la barrera de el ego, no dejan de existir sino que son almacenadas en lo que Jung denomina “inconsciente personal”

 

(Basado en el libro Espejos del Yo de Christine Downing)

 

C.Valiño


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