
La imaginación es tan fundamental como la vida misma.
La escritura, desde tiempo inmemorial, ha sido la forma más idónea para entendernos los humanos, por supuesto, después de aprender a comprender con sonidos emanados de nuestra máquina fundamental que es el habla, en todas sus manifestaciones.
El ser humano tiene una facultad para representar las imágenes de las cosas reales y también las cosas que idealizamos.
Vemos pues que la fantasía tiene facilidad para formar ideas, proyectos, etcétera, en definitiva, al leer un escrito podemos representar en nuestra mente, como si fuera una película, lo sé que está relatando en el escrito que estemos leyendo.
Por ello el buen escritor tiene que llevarnos por nuestra imaginación y ser testigos de la realidad que el propio escritor imaginó a su vez en su mente.
Es por tanto indispensable que nuestras mentes tengan imaginación.
