La ciencia-ficción recibió un impulso fundamental en el periodo de entreguerras en USA gracias a las populares revistas conocidas como pulp por el papel barato de pulpa de madera con que se editaban. En 1925 George Olsen y Roy Chapman Andrews hallan un nido con huevos que suponen de protoceratops, entendiendo que los restos del oviraptor cercano eran de un ladrón -de ahí el nombre-, y el siguiente año Gerhard Heilman (1859-1946) publica The origin of birds. Los dinosaurios seguían siendo una fuente de sorpresas, y muchos relatos de ciencia-ficción los tenían en el reparto.
La pionera del pulp fue Argosy (1882, All-story weekly desde 1905) de Frank A. Munseny, donde Edgar Rice Burroughs (1875-1950) publicó sus sagas Pellucidar [1] (At the Earths’core, 1914) y Caspak (The land that time forgot, 1918), ambientadas en mundos perdidos. Abraham Merritt (1884-1943) aportó el relato The face in the abyss (1923) y su secuela The snake mother (1930), en las que hombres-lagarto se sirven de dinosaurios domesticados en otro mundo subterráneo.
Pellucidar bajo los ojos de Frank Frazetta
Weird tales (1923, J.C.Henneberger) contó con relatos como A million years after (1930, Katherine Metcalf Roof), sobre unos huevos de dinosaurio que eclosionan en la actualidad, que pudo inspirar At the mountains of madness de H.P.Lovecraft [2]. En un relato de Robert E. Howard (1906-36), Red nails [3] (1936), Conan se las ve con un dinosaurio al que describe como “un dragón”.
La primera consagrada a la ciencia-ficción fue Amazing stories (1926) de Hugo Gernsback (1884-1967). En 1938-49, fue editada por Ray Palmer [4]. Entre sus relatos encontramos The way of a dinosaur (1928, Harley S.Aldinger), The death of the moon (1929, Alexander Phillips), Dinosaur goes to Hollywood (1942, Emil Petaja), Dinosaur destroyer (1949, Arthur Petticolas) o The lost warship (1943), de Robert Moore Williams (1907-77), en la que un buque militar que viaja al mesozoico [5].
When reptiles ruled, ilustración de Frank R.Paul
Gernsback editó también Wonder stories (1929), donde Williams publicó The warning of the past (1939) y vieron la luz The annihilator comes! (1930) de Ed Earl Repp (1901-79), The voyage of the asteroid (1932) y su secuela en tres partes Wrecked of the asteroid (1933) de Laurence Manning (1899-1972), con inteligentes dinosaurios venusianos, When reptiles ruled (1934, Duane N. Carroll), narrada bajo la perspectiva de un struthiomimus, One prehistoric night (1934, Philip Barshovsky), en que los dinosaurios rechazan una invasión alienígena, The reign of the reptiles (1935, A. Connell), donde experimentan con hombres, The hothouse planet (1937, Arthur K.Barnes), The tomb of time (1940, Robert Arthur), Beauty and the beast (1940, Henry Kuttner) o The lost planet (1941, Peter B. Germano “Barry Cord”). Edmond Hamilton (1904-77) aportó The isle of changing life (1940) o Son of two worlds (1941).
El éxito de Gernsback animó a William Clayton a lanzar Astounding stories (1930 –Analog desde 1960-), adquirida en 1933 por Street & Smith, donde Robert H. Leitfred publica Prisoners of the electron (1930), Charles Willard Diffin The moon master (1930), Norman L. Knight (1895-1972) obvia la extinción en Saurian valedictory (1939), mientras Fredric Brown (1901-72) la describe bajo la óptica sauria en Runaround (1942) y de modo naïf -cazados con tirachinas [6]- en Paradox lost (1943). Street & Smith editó también Doc Savage (1933, Lester Dent), que en su segunda entrega viaja a “Thunder Island”, un mundo perdido con dinosaurios.
Muchos relatos editados por Gernsback fueron ilustrados por Frank R.Paul (1884-1963), que también dibujó portadas para Winford, fundada por su empleado Louis Silberkleit, que editó The case of the baby dinosaur (1942, en Future fantasy and science fiction) de Damon Knight (1922-2002), también autor de Don’t live in the past (1951, en Galaxy science fiction).
También escribieron historias sobre dinosaurios el poeta canadiense Charles G.D. Roberts (1860-1943) -In the morning of time, 1919-, el geólogo ruso Vladimir Afanasievich Obruchev (1863-1956) -Plutonia, 1924-, el galo Jacques Faure –Le monstre du lac bleu, 1934- o los británicos Eric Temple Bell “John Taine” (1883-1960) -The greatest adventure, 1929; Before the dawn, 1934- y W.J. Passingham (1897-1957) -When London fell, 1937-.
Los dinosaurios siguen presentes en prensa gracias a Alley Oop (1933) de V.T. Hamlin (1900-93). Flash Gordon (1934) de Alex Raymond (1909-56) se cruza con ellos en lejanos planetas, y también los encontraremos en los primeros cómic-books [7], hogar de los superhéroes.
Los extraños saurios de Flash Gordon
Tony Sarg los animó con siluetas (Adam raises Cain, 1919; The first circus, 1921; The original movie, 1922), producido por Herbert M.Dawley, que luego trabajaría con Willis O’Brien a cuyo famoso gorila parodió Walt Lanz en King Klunk (1933). También hubo dinosaurios en la Warner: Buddy’s lost world (1935, Looney Tunes) de Jack King (1895-1958) –especialista en Donald Duck-, Daffy Duck and the dinosaur (1939, Merry Melodies), primer corto del pato dirigido por Chuck Jones (1912-2002), o Prehistoric Porky (1940, Looney Tunes) de Bob Clampett [8] (1913-84).
La consagración de la primavera (Fantasía)
Supervisada por Ben Sharpsteen, Fantasía (1940) fue la película más vanguardista de Walt Disney (1901-66) y dispuso de un fabuloso presupuesto de 2.280.000 $ que dio para casi dos horas de animación con música clásica en fanta-sound (similar al estéreo), aunque fue incomprendida por el público. Un fantástico equipo [9] recreó del precámbrico al cretácico superior inspirado en la música de Igor Stravinsky [10] en el segmento The rite of spring. Los Fleischer (Superman [11], Popeye [12]), principales rivales de Disney, trataron de emularla en su serie Stone Age [13].
En los años 30 el escultor Paul N.Domke (1885-1981) abre su parque de dinosaurios en Michigan. Emmet Sullivan (1887-1970) se encargará de los de Dinosaur Park (1936) o Wall Drug en Dakota del Sur.
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[1] Donde mandó a su Tarzán en 1930. Frazetta ilustró la reedición de 1970 de Pellucidar y la de 1960 de The land that time forgot, que Kevin Connor adaptó al cine en 1975 (C.Thomas Howell firmó el remake de 2009), a la que añadió The people that time forgot (1976) y At the Earth’s core (1977), cuya última adaptación al cómic han firmado Bobby Nash/ Jamie Chase en 2015. [2] Sostenía que Roof habría plagiado una idea suya y su frustración le llevó a escribir el mencionado relato, pero en 1894 H.G.Wells había desarrollado un argumento parecido –en torno a un ave extinta- en Aepyornis island.[3] Adaptado al cómic por Roy Thomas y Barry Windsor-Smith en 1973. [4] Autor de The time ray of Jandra (1930) o King of dinosaurs (1945), también lanzó Fantastic adventures (1939), donde Otto Binder publicó Land of the shadow dragons (1941) y Berkeley Livingston Queen of the panther world (1948), o Science stories (1953), en cuyo debut apareció Hocus-pocus universe de Jack Williamson (A break for the dinosaurs,1982); los dos últimos relatos se han reeditado en un volumen de 2012.[5] Pese a la portada con dinosaurios, los soldados que viajan al pasado en Blitzkrieg in the past (1942, John York Cabot) sólo encuentran cavernícolas.[6] Por cierto, la novela de Pedro Maestre que ganó el premio Nadal en 1996, Matando dinosaurios con tirachinas, sólo los menciona en el título.[7] Speed comics #5 ó Wham comics #1 (1940), Startling comics #2 (1941), Grand slam comics #9 (1942), Submariner #11 ó Clue comics #4 (1943), Thrilling comics #46 (1945), Flash comics #67 y #86 (1945 y 1947), Doll man #9 ó Batman #35 (1946), Nyoka the jungle girl #6 (1947), Wonder comics #17 ó Jeep comics #3 (1948)…[8] También autor de Tale of Snorky (1962). El que fue jefe de Clampett y Jo-nes, Tex Avery (1908-80), dirigió The first bad man (1955) para la Metro.[9] Codirigidos por Paul Satterfield y Bill Roberts, encontramos a los guionistas William Martin, Leo Thiele, Robert Sterner y John McLeish, a la dirección artística a John Hubley, Dick Kelsey y Mc Laren Stewart, los supervisores Joshua Meador y Wolfgang Reitherman, los fondos de Ed Starr y los animadores Edwin Aardal, Paul Busch, Phil Ducan, Paul B. Kossoff, Ed Levitt, Brice Mack, John Mc Mannus, Art Palmer y Don Tobin, entre otros.[10] En diciembre de 1939 acudió a un pase privado. Según Disney salió entusiasmado, pero el compositor criticó el arreglo de Leopold Stokowski. Brown, C. (2011) Hello goodbye hello. Londres: HarperCollins.[11] En el corto The artic giant (1942) se las ve con un terrible dinosaurio.[12] Tras cerrar los Fleischer, el personaje de Segar pasó a la Famous y compartió escena con dinosaurios en Prehysterical man (1948, Seymour Kneitel).[13] Que integran una docena de cortos, todos de 1940, como Granite hotel, donde un saurópodo hace las veces de coche de bomberos, o The ugly dino, versión sauria de El patito feo. Max Fleischer dirigió además el documental con dinosaurios animados Evolution (1923).