Revista Cultura y Ocio

imaginando un mañana

Por Aceituno

Así me veo, intentando sobrevivir en un mundo hostil, sacando fuerzas de donde no las hay para no sucumbir y verme derrotado. Y lo hago fundamentalmente por tres razones: porque quiero vivir, porque no quiero que mis seres queridos sientan mi pérdida y porque sé que sabría aprovechar una segunda oportunidad. Pero, claro, no sé si la merezco, ese ya es otro cantar. ¿Quién decide si esa plantita merece vivir? Nadie. Nadie lo sabe y nadie lo decide, creo que ambas respuestas serían correctas. En mi caso sucede lo mismo. ¿Quién decide si merezco una segunda oportunidad?

Dejo la pregunta flotando en el aire, como flotan los versos sueltos que el poeta jamás cantó.

Han sido unos días horribles, con mareos, náuseas, vómitos, diarrea, fatiga extrema, dolor de cabeza, dolor de huesos, dolor de alma, todo junto y a la vez cada cosa por separado. Un pequeño infierno producto del veneno que le están inyectando a mi cuerpo en ese intento casi desesperado por detener el inexorable avance del tumor. Pero yo no decaigo, no quiero, me niego una y mil veces a rendirme. Incluso en los momentos en que más derrotado me he sentido, he seguido viendo una pequeña luz que mantenía con vida todo lo demás, un punto que hacía posible el equilibrio de la escena y le daba sentido y coherencia.

Mientras tanto mis ideas flotan dispersas y confundidas, sin saber cuál será su destino final, al límite del desaliento y la locura. Quieren serenarse, posarse sobre una hoja en blanco o sobre un documento de word para comenzar a formar parte de algo, pero ese algo no termina de cobrar forma, se diluye inquieto entre la desesperanza y la cobardía. Me necesito. Necesito recuperarme, volver a sentir que estoy, que soy, que sigo, que quiero, que venga, que va, que sí, que se puede, que adelante, que vamos, que voy, que así sí, que me gusta y que lo voy a conseguir.

Y por supuesto con Carolina al lado, bien cerquita, cuidándome como si fuera su tesoro más preciado. Sin ella desde luego que no habría lugar para imaginar un mañana.


imaginando un mañana


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