Revista Espiritualidad
Abrir la mente a nuestra esencia hace libre nuestra imaginación, pues ya no depende de las creencias en las que hemos sido educados, ya no está al servicio de nuestros miedos, ya no tiene sus alas atadas... Imaginar desde el corazón es la llave a la auténtica libertad y el camino a reconocer nuestros sueños, el mayor regalo que podemos dar a la humanidad.