Revista Cultura y Ocio
Que Imelda May ha tenido un giro en su vida en los dos últimos años... es más que evidente. En 2012 fue madre por primera vez, pero en 2015 se divorció de la que había sido su pareja durante 18 años. Como es lógico, son cosas que te cambian la vida, pero en su caso, a sus nuevas circunstancias vitales se le añaden dos cosas más, primero un cambio de look impresionante, parece otra mujer, ahora es como una rejuvenecida mezcla de Patti Smith y Chrissie Hynde, y por otro en su nuevo álbum de este 2017, que lleva por título Life. Love. Flesh. Blood ha cambiado su estilo musical... y bastante. No quiero decir que sea peor, ni mucho menos, pero según sus propias palabras "la vida cambió, amo mis discos del pasado, eran coherentes con la persona que era antes, pero ahora soy así". Atrás queda la Imelda rockabilly, con aquel vozarrón y aquella fuerza, yo la pude ver en vivo en la gira de Tribal y me encantó.En este nuevo álbum, producido por T Bone Burnett y escrito enterito por ella misma, la irlandesa ha recibido la colaboración de músicos como Jeff Beck y el presentador, músico y showman Jools Holland. En la edición que he adquirido (Deluxe edition) hay cuatro temas extra, es curioso cuando alguien sufre un cambio traumático en su vida, eso se traduce en creatividad desbordante.Vamos con uno de los singles del disco, Should've been you, donde la voz es la misma (lo único), pero los aires soul, pop y demás se alejan absolutamente de sus cuatro discos predecesores.Os dejo con el vídeo de Should've been you.