Otro mes cargadito de libros, todos muy apetecibles y alguno con el que me he llevado una grata sorpresa.
Una temporada para silbar (Ivan Doig): este libro me apetece muchísimo porque lo comparan con Wallace Stegner o Norman Maclean, que son dos autores que he descubierto hace muy poco y que me encantan. Vuelvo a los Estados Unidos de principios del siglo XX. Y marcapáginas a juego, que me hace mucha ilusión .
“No cocina, pero tampoco muerde”. Así comienza el anuncio en el que Rose Llewellyn, una viuda de “buenas costumbres y disposición excepcional”, se ofrece en el otoño de 1909 como ama de llaves; la frase capta de inmediato la atención de Oliver Milliron, un viudo con tres hijos y poca maña en las tareas domésticas, que la contrata para poner un poco de orden en su casa de Marias Coulee, Montana.
Y así comienza también la inolvidable temporada que Rose y su hermano Morris, un dandi sabelotodo, pasarán en este pueblo de granjeros. Cuando la maestra local se escapa con un predicador, Morris se verá obligado a aceptar su puesto; sus particulares métodos de enseñanza marcarán para siempre a los jóvenes alumnos de la escuela rural. Ni ellos ni la familia Milliron ni el pueblo de Marias Coulee volverán a ser los mismos tras la llegada de Rose y Morris.
La niña que iba en hipopótamo a la escuela (Yoko Ogawa): en efecto, es la autora de La fórmula preferida del profesor, libro que no he leído aún, pero que seguro que caerá pronto. Leí el primer capítulo mientras esperaba a mi madre y me parece que me va a gustar muchísimo.
Al cumplir doce años, Tomoko, huérfana de padre, deberá cambiar de ciudad y separarse de su madre para ir a estudiar primero de secundaria.
Para ello irá a vivir a casa de su prima Mina, una lujosa mansión de estilo occidental, cerca de Kobe, donde todo es singularmente diferente: su prima se pasa el día entre libros, o jugando con cerillas, su tío (director de una conocida fábrica de bebidas) es mestizo y se ausenta misteriosamente de la casa, y su tía abuela Rosa es alemana y habla a duras penas japonés. Pero, sobre todo, en la finca (que en su tiempo había albergado un zoo) vive un hipopótamo enano, que Mina utiliza como medio de transporte para ir a la escuela primaria, debido al asma crónica que la aqueja.
La vida inmortal de Henrietta Lacks (Rebecca Skloot): este es el libro con el que concursé a principios de año en Price Minister (el enlace es a mi post), y por fin ha llegado el momento de leerlo. Recomendado por mi profesor de toxicología, además de por Ale.
Se llamaba Henrietta Lacks. Era una campesina cuyas células, que fueron tomadas sin su conocimiento, siguen vivas a pesar de que ella lleva muerta más de sesenta años y se han convertido en una de las herramientas más importantes de la medicina: fueron vitales para el desarrollo de la vacuna contra la polio, desvelaron secretos sobre el cáncer o los virus, ayudaron a realizar importantes avances como la fertilización in vitro o la clonación y han sido compradas y vendidas por laboratorios de todo el mundo, generando grandes beneficios económicos a la industria farmacéutica. Sin embargo, su familia, que no puede permitirse pagar un seguro médico, vivió cincuenta años sin conocer la historia de Henrietta, y todavía hoy lucha por defender el legado de su madre y abuela.
Un secreto bien guardado (Maureen Lee): últimamente veo muchos libros de esta autora y me han entrado las ganas. El argumento de este libro me llamó especialmente la atención y decidí probar con él a la autora.
En 1939 la bella Amy Curran sólo tiene dieciocho años cuando conoce en el muelle de Southport a Barney Patterson, el gran amor de su vida. A pesar de pertenecer a clases sociales diferentes, los dos jóvenes se casan poco después esperando una vida llena de amor y felicidad. Pero al inicio de la Segunda Guerra Mundial, Barney se alista como voluntario en el Ejército y se pasa cinco largos años en el frente, donde lo internan en un campo de prisioneros. A su regreso, en 1945, Barney ha cambiado por completo: se ha convertido en un hombre introvertido, celoso y violento. Una noche, tras una acalorada disputa, muere apuñalado y Amy es condenada a cadena perpetua.
En 1971 Amy es puesta en libertad tras veinte años de cárcel, y se encuentra con un mundo que ya no es el suyo, y con su hija, Pearl, una mujer independiente a la que apenas conoce. La gran pregunta que ahora se plantea es si será capaz de volver a amar a su madre después de lo que hizo. El reencuentro entre las dos mujeres cambiará para siempre las vidas de Amy y Pearl, quienes descubrirán no sólo el significado del perdón, sino también el poder del amor verdadero.
Lolita Butterfly es lo más (Idoia Iribertegui): jeje, este libro tiene pinta de ser para morirse de risa. La verdad es que me quedé un poco sorprendida porque ha sido un regalo editorial sorpresa y cuando lo vi pensé que se habían equivocado. Luego vi en la portada eso de que es para niñas de 8 a 88 años, así que ya me animé un poco más: estoy en el rango.
Me llamo Lolita Butterfly. Soy pequeña pero tengo la vida planificadísima y orientadísima a la FASHION, voy a ser LO MÁS… aunque el camino no es fácil. Lee mi diario y descubrirás los sinsabores cotidianos de una fashion-victim incomprendida… En éste me meto en un lío gordísimo. Ya verás.
Tarifa nocturna (Ildikó von Kürthy): bueno, este es el que decía más arriba que me ha sorprendido gratamente. Nunca me hubiera fijado en el libro y lo empecé un poco reticente, pero la verdad es que me ha encantado; será la próxima reseña.
Cora Hübsch se considera, más que complicada, una mujer interesante. Su mejor amiga tiene los pechos más grandes que ella, y a pesar de todo siguen siendo amigas. Cora tiene treinta y tres años, los suficientes para saber que jamás debe llamar a un hombre después de la primera noche. De modo que lo que hace es esperar a que él dé señales de vida. Durante horas… Hasta que su vida cambia… Al comenzar la tarifa nocturna.
Aquí unas cuantas novelas históricas a las que tengo muchas ganas de hincar el diente en cuanto termine los exámenes:
La gardenia blanca de Shanghai (Belinda Alexandra): oye, que fue verlo en el blog de Booki y desearlo, así que ha sido el libro que he pedido a Popular libros en mayo.
En la pequeña ciudad china de Harbin, Anya Kozlova, una niña de trece años, vive rodeada del amor de sus padres, unos inmigrantes rusos que huyeron de su país tras la revolución bolchevique. Sin embargo, pocos meses antes del final de la segunda guerra mundial, su padre fallece en un trágico accidente y su madre, Alina, es deportada por las autoridades chinas a un campo de trabajo en Siberia.
Sola, desesperada y sin ningún otro familiar al que recurrir, Anya se verá obligada a emigrar primero a Shanghái -una glamurosa ciudad en la que trabajará en la sala de fiestas más famosa del momento- para luego marcharse a la isla filipina de Tubabao, donde se encontrará con otros refugiados rusos, y, desde allí, preparar su posterior partida a la Australia de los años cincuenta, un país aún virgen y salvaje donde, tras muchos esfuerzos, logrará el éxito y reconocimiento personal. Testigo de una época dura, apasionante y decisiva en Europa y en el mundo, recorreremos con Anya continentes, países, paisajes y culturas, la veremos enamorarse, casarse y perderlo todo y asistiremos, también, a su lucha por responder a la única pregunta que da sentido a su vida, ¿qué le ocurrió a su madre?
La prisionera de Roma (José Luis Corral): todas las novelas históricas que leo se ambientan en la Edad Media, y ya era hora de cambiar un poquito. Este me corre bastante prisa leerlo porque mi padre está interesadísimo en robármelo, así que más me vale pisar el acelerador
En el año 267 una hermosa joven llamada Zenobia se convirtió en soberana de la fabulosa ciudad de Palmira, en el desierto de la provincia romana de Siria. Tras el asesinato de su esposo Odenato, Zenobia hizo de Palmira el centro de un nuevo reino que dominó las tierras ubicadas entre el Mediterráneo y Mesopotamia. Durante cinco años su sueño imperial fue posible y Zenobia, dotada de una belleza legendaria y de una capacidad de gobierno encomiable, se independizó del Imperio romano, reinó sobre Asia occidental, conquistó Egipto, fue aclamada como la nueva Cleopatra y mantuvo a raya al Imperio persa.
En el año 272, Aureliano, emperador de Roma, se enfrentó al ejército de Palmira después de que Zenobia se atreviera a proclamar su independencia del Imperio romano. Derrotada y presa la reina Zenobia y conquistada Palmira, el Imperio romano recuperó la gloria de los tiempos de los grandes césares y todavía sobreviviría un par de siglos, a veces inmerso en períodos de lenta agonía.
El jinete del silencio (Gonzalo Giner): bueno, es el nuevo libro del autor de El sanador de caballos y la historia tiene aventuras y animales, así que tengo que leerlo. Punto.
Hubo una época en la que los hombres levantaron catedrales, pintaron frescos e imitaron al ser humano en sus mármoles… Entonces, apareció alguien que se atrevió a construir una raza de caballos para la posteridad.
En 1522, fruto del amor prohibido entre una criada y un rico y corrupto hacendado, vecino de Jerez de la Frontera, Yago volverá a la vida gracias al aliento de un viejo caballo. Privado del amor de su madre, su vida no va a ser nada fácil.
Incapaz de comunicarse con los humanos, su aislamiento interior le hará víctima de todos los que le rodean y vivirá la incomprensión a lo largo de su existencia. Conocerá la soledad, el dolor y el encierro desde su más pronta niñez, pero también la esclavitud y las más pavorosas experiencias en el interior de una casa de locos.
Pero Yago posee un don único, puede captar la hermosura de las cosas a través del tacto y expresar su riqueza interior a lomo de los caballos. Solo cuando sobre ellos sienta el poder del viento, o descubra en las cuadras de la cartuja de la Defensión a sus monjes sentando los pilares de una raza que perdurará para la eternidad, entre rezos y silencios, Yago sentirá la paz necesaria para empezar a liberar todo su caudal creativo. Sin embargo, un robo truncará su sosiego y, siguiendo el destino infeliz de los caballos, se verá embarcado en una galera que le llevará al desconocido Nuevo Mundo, a Jamaica.
Estos dos últimos ya los he enseñado anteriormente:
Ecos del pasado (Diana Gabaldón): toda la información sobre este libro está aquí.
Almas gemelas (Elizabeth Chandler): la reseña la puedes leer pinchando aquí, y lo único que dejo es la sinopsis sacada de la editorial:
Antes de morir, Tristan le prometió a Ivy que la protegería y que la querría para siempre. El amor verdadero nunca muere.
Ivy es nueva en el instituto de Stonehill, una localidad cercana a Nueva York a la que acaba de mudarse con su hermano y su madre. Es una chica responsable, tímida, buena estudiante y un poco solitaria que siempre ha creído en los ángeles, que considera sus mejores y más fieles aliados. Pronto hace un pequeño círculo de amigas que la ayudan a integrarse a su nueva vida y al instituto.
Tristan es el capitán del equipo de natación. Es un chico inteligente, valiente y uno de los más populares del instituto, aquel por el que suspira la mayoría de las chicas. Cuando Ivy y Tristan se conocen no pueden evitar sentir que están hechos el uno para el otro, son almas gemelas, y se convierten en la pareja perfecta.
Todo cambia cuando Tristan muere repentinamente en un accidente de coche. Ivy cree haberlo perdido todo, incluso su fe en los ángeles que, esta vez, parecen haberla abandonado… hasta que empieza a sentir cosas extrañas a su alrededor, como si una misteriosa presencia la acompañara, estuviera junto a ella, la protegiera…
Y un pequeño recordatorio: está activo el sorteo de 3 ejemplares de Almas gemelas. Lee las bases del sorteo aquí.