No tenía intención de comprar ningún libro hasta que no terminara de leer los que tengo encima del escritorio pero no puedo resistir la tentación de mirar el escaparate cuando paso por delante de la librería y, como no hay mejor forma de vencer a la tentación que sucumbir a ella, no solo miré sino que también compré. He aquí mis nuevas adquisiciones.
-Todo es silencio de Manuel Rivas: “En Brétema, en la costa atlántica, hubo un tiempo en que las redes del contrabando, reconvertidas al narcotráfico, alcanzaron tanta influencia que estuvieron muy cerca de controlarlo todo: el poder social, las instituciones, la vida de sus gentes”. Con una contraportada así y después de leer buenas reseñas sobre este libro, me estaba llamando a gritos.
-El sanador de caballos de Gonzalo Giner: después de leer la reseña que hizo César en su blog de este libro y siendo una apasionada de los caballos sabía que, tarde o temprano, terminaría leyendo este libro que narra las aventuras de un veterinario en la Edad Media.
-La impaciencia del corazón de Stefan Zweig: ¡Al fin un libro de este autor que supera las cien páginas! No he podido resistirme después de leer en la contraportada que es uno de sus mejores libros.
Le tengo tantas ganas a los tres que no sé por cual empezar una vez que termine con Sé lo que estás pensando.