Y, sin embargo... no es un mundo contra ilustración, sino más bien, un bastardo de la razón.
"El nacionalismo, visto desde Herder, ... sería, por sorprende que suene, un bastardo de la Ilustración, una consecuencia ideológica del carácter ambiguo y proteico de su conciencia histórica. Lo que significa que el nacionalismo no surge contra la Ilustración, sino como otra Ilustraición alternativa a la oficial que divisa sus perfiles constitutivos en un horizonte postracionalista y postabsolutista, vitalicia, igualitarista y populista"Revista Opinión
El viaje de la impaciencia, decíamos ayer. Nos recuerda el autor que Herde decía aquello de que "Queremos
estudiar la mitología de los antiguos para poder llegar a ser inventores
nosotros mismos". En la línea de inventar pasiones solo para ejecirtarnos.