Revista Salud y Bienestar

Impactado

Por Saludyotrascosasdecomer
El maestro Antonio Montaño, sevillano de pro y médico de familia clínico y evaluador de intervenciones sanitarias, me enseñó que para concluir si una intervención médica es adecuada, debemos resolver la siguiente ecuación:
Intervención adecuada = Beneficios - [riesgos + inconvenientes + costes]
La realización de la PSA (y su posterior cascada diagnóstica) con fines de diagnóstico precoz de cáncer de próstata sirve muchas veces de ejemplo de cómo valorar la adecuación de una intervención, en este caso diagnóstica.
Pues bien. Aunque procedente de estudios observacionales (un estudio de cohortes), tenemos un elemento más (mejor dicho, dos) a tener en cuenta en la ecuación anterior. Apartado "riesgos". Se trata del infarto y el suicidio.
Nos lo cuenta el boletín "Impacto", de la agencia de calidad del Sistema Nacional de Salud, elaborado por los componentes del Centro Cochrane Iberoamericano del Hospital San Pau de Barcelona.
Resulta que en un reciente número de la revista PLoS se concluye que los hombres que son diagnosticados de un cáncer que habitualmente no te mata per se, como es el de próstata (y digo "habitualmente"), parece ser que se mueren más de infartos y de suicidios que los que no han sido diagnosticados de ningún cáncer. Y las cifras no son despreciables: el riesgo relativo de presentar enfermedad cardiovascular es de 1.9 (intervalos estrechitos, de los chulos, de 1.9-2.0), siendo de 11.2 (10.4-12.1) en la primera semana tras el diagnóstico. Igual sucede con el suicidio: en total el riesgo relativo es de 2.6 (2.1-3.0), y si consideramos la primera semana tras la noticia del diagnóstico, el riesgo es 8.4 (1.9-22.7) veces superior...
ImpactadoLos autores concluyen que este exceso de riesgo es debido al estrés psicológico que acompaña a la etiqueta de cáncer.
A partir de ahora, un argumento más en contra de pensar que la medicina defensiva no daña a nadie.

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