Lo que ves ¿es sueño o tu verdad?Luis Cernuda, “El viajero”
Importante carga simbólica
En una entrevista que le hicieron hace algunos años, Brian De Palma (1940) reconocía que siempre que rodaba sus películas tenía claro que, a pesar de los cientos de trucos técnicos y efectos especiales presentes en ellas, el argumento y la forma de contarlo eran lo que más le interesaban de cualquier proyecto cinematográfico. De hecho, a pesar de ser constantemente señalado como un director “muy visual”, las palabras de este realizador estadounidense son comprobables al ver casi todas sus cintas.En ellas es posible encontrar una historia con una carga simbólica y psicológica importante, que incorpora a veces fórmulas narrativas tomadas de otros cineastas (Godard, Hitchcock, Argento, entre otros), pero que sin embargo, no las hace pasar desapercibidas, las enriquece hasta el punto de permitir que algunas de sus escenas sean recordadas por sus espectadores, no siempre ocurriendo lo mismo con su guionista y director, quien prefiere mantenerse a la sombra.
En el centro de este argumento está, por supuesto, un personaje principal, hombre o mujer, protagonista o testigo de un hecho que transformará su existencia, y que a pesar de sus esfuerzos, no siempre se soluciona como lo desea. Es decir: no hay final feliz. Al término de la historia, después de ser víctima de un complot, el protagonista es consciente de su derrota (no olvida lo sucedido y, de alguna forma, acepta la lección aprendida) o muere (opción rara, pero probable). Así, en la mayoría de sus películas, De Palma siempre toma partido por la víctima y sus acciones (Sisters, Phantom of Paradise, Carrie, Dressed to Kill, Body Double, The Untouchables, Mission: Impossible, etc.).
Continuará…
Gerson Vanegas