Revista Coaching

Imperfectos.

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Imperfectos.

Por Merce Roura

Somos imperfectos.

Maravillosamente imperfectos y absurdos.

Maravillosamente desesperados por encontrar una perfección imposible que nos arrastra a estar siempre insatisfechos con lo que somos y a no reconocer jamás nuestro valor.

Siempre hambrientos de una vida que no es la vida que tenemos.

Siempre deseando algo que se nos escapa y pensando que no somos nada si no logramos alcanzarlo.

Siempre buscando ser mejores mientras nos declaramos inútiles.

Siempre queriendo aparentar mientras nos perdemos lo que realmente somos.

Siempre juzgándonos por lo que no tenemos sin ser capaces de ver lo mucho que nos rodea. Siempre pensando que todo es más complicado sin agradecer lo que nos llega sin mover un dedo...

Siempre asustados por lo que viene sin recordar que lo peor jamás sucedió. Que casi todas las tragedias vividas hasta la fecha fueron amasadas por nuestros pensamientos y jamás llegaron a pasar. Que vivimos solo en la mente y nos dejamos la vida detrás de la puerta, sin atrevernos a sentirla, ni gozarla...

Somos imperfectos para nosotros mismos y nadie más. Pensamos que el mundo nos observa esperando que caigamos y fallemos pero, en realidad, no nos mira nadie... Solo quien nos ama y esa mirada tiene un gran valor.

Siempre maltratándonos porque no creemos merecer lo que soñamos. Porque no nos sentimos reconocidos, ni aceptados, ni valiosos, ni dignos de amor. Porque no nos amamos y valoramos tal y como somos.

Siempre pensando que hacemos el ridículo por decir en voz alta aquello que callamos. Siempre comprimidos y contenidos, con algo pendiente de vivir y de sentir. Siempre con el abrigo puesto por si hace frío, sin quitarnos los guantes por nos ensuciamos y sin soltarnos del todo por si la vida nos despeina. Siempre pendientes de contar monedas y calorías. Siempre pensando en qué dirán, qué pensarán y si nos mirarán mal.

Somos imperfectos porque todavía no nos hemos dado cuenta de que nuestro valor no está en el ahí afuera, ni en el banco, ni en el logro, ni en la medalla, ni en nada que ese mundo al que queremos impresionar nos pueda dar... Está en nuestra propia mirada y en el valor que nosotros nos damos. En la valentía inmensa de admirar y agradecer esa maravillosa imperfección. En darnos cuenta de que sin ella no habría viaje, ni camino, ni aprendizaje, ni vida...

Fuente: https://mercerou.wordpress.com/2023/06/05/imperfectos/


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