El constitucionalismo es la ficción según la cual decenas de millones de hombres están de acuerdo en las cuestiones políticas fundamentales durante un periodo indefinido de tiempo, que por lo general abarca toda su vida. Hacer depender el orden jurídico de una mentira tan obvia me parece en extremo más peligroso que fundamentarlo en una religión medianamente razonable y, por tanto, razonablemente creíble.