Revista Salud y Bienestar
Como acaba de anunciar la prestigiosa revista Lancet, por primera vez han sido implantadas con éxito vaginas cultivadas en laboratorio.
Las receptoras eran cuatro adolescentes que sufrían el síndrome Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser (MRKH), una enfermedad congénita rara que afecta a una de cada 5.000 mujeres y que se manifiesta con un subdesarrollo o la ausencia de la vagina y elútero.
En realidad, las operaciones se realizaron entre junio de 2005 y octubre de 2008, pero había que esperar todo este tiempo para comprobar que no aparecían complicaciones a largo plazo.
Las pacientes –ha declarado el director de la investigación, Anthony Atala– registran niveles normales de deseo, excitación, placer y orgasmos. “Este estudio es un ejemplo más de cómo las técnicas de la medicina regenerativa se pueden aplicar a una variedad de tejidos y órganos”, ha declarado Atala, de la Escuela de Medicina Wake Forest, en Carolina del Norte.
Los investigadores extrajeron un fragmento de la vulva de las mujeres mediante biopsia e hicieron crecer las células. Después de cuatro semanas contaban con el material suficiente para colocarlo, capa a capa, en estructuras biodegradables con forma de vagina, hechas a medida de cada receptora.
Cuando estuvieron listas, los cirujanos del Hospital Infantil Federico Gómez, en México D. F., practicaron una cavidad en el abdomen de las pacientes e insertaron las “neovaginas”, suturándolas a sus úteros.
Todo salió según lo previsto: a medida que las estructuras artificiales biodegradables, hechas de colágeno, se disolvían, las células cultivadas en el laboratorio ocupaban el espacio de los órganos sexuales y formaban los nuevos tejidos, incluidos los nervios y los vasos sanguíneos. En seis meses, las cuatro mujeres empezaron a menstruar y tener relaciones sexuales sin problemas, hasta hoy.
Imagen: Wake Forest Institute for Regenerative MedicineFuente