Actualmente, muchos aprenden a hablar en público con el objetivo de influir en las opiniones de sus semejantes, buscan poder persuadir en otros sobre realidades diversas, pero para la mayoría, es importante porque nos ayuda a mejorar en la convivencia diaria, facilitando el crecimiento emocional e intelectual.
Podemos afirmar, que aprender a hablar en público nos permite mejorar en dos direcciones, la individual y la social, con respecto a la primera aprendemos a valorarnos y a conocernos, sanando heridas y construyendo una imagen verdadera de nosotros mismos, fortaleciendo la autoestima, la identidad, la autonomía, la humildad, la empatía, los valores, al tiempo que mejoramos nuestra capacidad intelectual y lingüística, en relación a lo segundo, nos ayuda a expresarnos de manera asertiva, aprendemos a ponerle palabras a las emociones y a temores, para explicar y dar estructura a lo que nos acontece, sentando así las bases de interacciones humanas exitosas.Por lo antes referido, debemos esforzarnos para aprender a hablar en público, reconozco que el miedo escénico puede afectarnos para no avanzar, pero es más valioso reconocer que es una bendición de Dios y que como tal nos ayudará a ser mejores individuos.