La integración entre culturas es un punto de unión entre muchos países del mundo que reciben inmigración, en algunos es visto como un problema y en otros como un recurso, aunque en ambos casos se trata de un verdadero desafío con el que hay que enfrentarse cada día.
La Caritas italiana ha recientemente publicado un informe en el que se pueden ver muchos puntos interesantes sobre el fenómeno de la inmigración en la península y sus consecuencias económicas y sociales para la vida de este país.
Italia cuenta a un quinto de su población con una edad que supera los 65 años de edad y 2.6 millones de personas que tienen alguna dificultad física o de salud que no les permite ser autónomos. Sin el contributivo de los inmigrantes que se ocupan de esta importante franja de habitantes, el Estado italiano se vería obligado a desembolsar cada año mas de 6 mil millones de euro para sostenerlos.
Los casi tres millones de inmigrantes regulares presentes en Italia, aportan cada año casi 8 mil millones de euro a las arcas del Estado y se ocupan en distintos ámbitos de la economía nacional: 63% trabajan para empresas de distintos sectores, casi un 18% se emplean en la agricultura y solo el 11% trabajan de modo autónomo, lo que equivale a decir que solo 1 de de cada 10 inmigrantes trabaja por su cuenta.
La cantidad de inmigrantes que se han jubilado en Italia es de 110 mil, lo que representa solo el 2.2% de los jubilados y pensionados que el Estado italiano debe asistir.
El contributivo que los extranjeros dan a la economía y la sociedad italiana, es mucho mayor de lo que reciben.
Via: Repubblica