Revista Opinión

Importantísimo invento israelí en la lucha contra la contaminación.

Publicado el 30 diciembre 2018 por Emethgolem @NombredeIsrael

“El plástico sostenible es ya una realidad: no necesita agua potable ni tierra cultivable

Investigadores de la Universidad de Tel Aviv (Israel) han desarrollado un nuevo polímero a partir de microorganismos marinos, que se ha empleado con éxito para fabricar plásticos biodegradables, sin desechos tóxicos y reciclables.

Según las Naciones Unidas, el plástico representa hasta el 90% de todos los contaminantes en nuestros océanos, sin embargo, existen pocas alternativas comparables a este material que sean respetuosas con el medio ambiente. El nuevo invento, descrito en Bioresource Technology, podría revolucionar los esfuerzos del mundo para limpiar los océanos, sin afectar las tierras cultivables y sin usar agua dulce, según el autor del estudio, Alexander Golberg, de la Escuela de Ciencias Ambientales y de la Tierra de la universidad israelí.

“Una solución parcial a la epidemia plástica son los bioplásticos, que no usan petróleo y se degradan rápidamente. Pero también tienen un coste ambiental: cultivar las plantas o las bacterias para hacer que el plástico requiera suelo fértil y agua dulce, que muchos países , incluyendo a Israel, no tienen. Nuestro nuevo proceso produce plástico a partir de microorganismos marinos que se reciclan completamente en desechos orgánicos”, explica Goldberg.

Menor consumo de agua

Los investigadores aprovecharon los microorganismos que se alimentan de las algas para producir un polímero bioplástico llamado polihidroxialcanoato (PHA), que se puede usar para hacer bioplásticos. “Ya hay fábricas que producen este tipo de bioplásticos en cantidades comerciales, pero utilizan plantas que requieren tierras agrícolas y agua dulce. El proceso que proponemos permitirá a los países con escasez de agua dulce, como Israel, China e India, cambiar de plásticos derivados del petróleo a plásticos biodegradables”, indica el experto.

El siguiente paso, dicen, es realizar una investigación básica para encontrar las mejores bacterias y algas que serían más adecuadas para producir polímeros para bioplásticos con diferentes propiedades.

La contaminación por plástico parece no tener límites: se encuentran restos de esta sustancia en nuestras heces, en la sal de mesa e incluso en la fosa abisal más profunda del planeta. Además, la solución que prometía el Ocean Cleanup System 001, una barrera flotante en forma de U cuyo objetivo era reducir la contaminación plástica en el Océano Pacífico y que llegó en octubre a la llamada isla de los plásticos, no está logrando los resultados esperados.

Beatriz de Vera

Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma


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