El salón que os traigo hoy, ha "sufrido" una reforma espectacular, simplemente con un cambio radical de colores, convirtiéndose en un espacio diáfano, moderno y acogedor.
Ha ganado en amplitud, en luminosidad y en carácter. ¿Te quedas a ver el antes y después completo?
Siempre lo decimos, que menos es más. El lugar originalmente era un espacio oscuro, con vigas de color café, las paredes de piedra natural y una moqueta horrorosa colore beige, ya verás las fotos a continuación. Los muebles tampoco acompañaban demasiado dando a la zona una sensación de trastero o guardamuebles poco acogedor.
La reforma principalmente consistió en pintar de blanco absolutamente todas las superficies y sustituir la moqueta por un laminado claro del mismo color. El salón queda totalmente unificado pero se mantiene su personalidad; las diferentes texturas le aportan si cabe más carácter, sensación de limpieza y amplitud.
El salón se ve mucho más brillante, el peso lo dan las alfombras superpuestas de líneas, mobiliario en colores claros o tonos naturales, como el mimbre y sustituye la anticuada lámpara de lágrimas por una nórdica de estilo molecular en color dorado.
Veréis que en el espacio se mezclan algunas piezas vintage conseguidas en algún mercadillo o almoneda y también muchas personalizadas diseñadas y comercializadas por la propia blogger en su web. Un impresionante cambio, ¿no os parece?
Imágenes vía: Sarah Sherman Samuel
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