Impresiones de un escritor retirado: Ocho millones de dioses

¡Hola a todos! Parece que lleve años sin escribiros y es que, desde mi retiro, la lectura y, sobre todo, la escritura, ocupan una menor parte de mi tiempo de lo que lo hicieran antes. Pero eso no quiere decir que no lea y que, como en estas líneas, que no escriba y no os vaya a dar la turra con mis juicios acerca de la poca literatura que pase por mis manos. Hoy, después de unos meses introspectivos, vamos con el libro Ocho millones de Dioses, de mi admirado David B. Gil.

Título Ocho millones de dioses

Autor David B. Gil

Editorial SUMA

Género Japón feudal, histórico

Número de páginas 624

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Sinopsis del libro Ocho millones de dioses

Un hombre de fe obligado a desentrañar los más terribles crímenes, un joven samurái erigido en su protector, un viaje a través de un país castigado por siglos de guerra.

Toledo, 1579. El padre Martín Ayala recibe la inesperada encomienda de regresar a Japón -el país donde se formó como sacerdote y misionero- diez años después de ser apartado de la misión por su relación ilícita con una joven japonesa. Alguien está asesinando con ritual crueldad a los padres cristianos en dichas costas. Ayala, considerado el máximo conocedor del idioma y las costumbres niponas en el seno de la Iglesia, deberá desentrañar las razones que se ocultan tras estas muertes.

Japón, año 7 de la Era Tenshô. Kudô Kenjirô, hijo de un samurái rural, es elegido para una ingrata labor: proteger a un extranjero llegado con la intención de investigar unos crímenes inciertos. Kenjirô pronto descubrirá que fuerzas extrañas conspiran para que el visitante no lleve a buen puerto sus pesquisas. Juntos recorrerán un Japón devastado por la guerra y emponzoñado por las conspiraciones. A medida que el jesuita se reencuentra con su pasado, el curso de la investigación se desvelará fundamental no solo para la pervivencia de la cristiandad, sino para el propio futuro del país.

Introducción

Me pasa mucho, y a menudo me lo critico, que voy dejando para más adelante a los autores que más me encandilan. Un más adelante que suele retrasarse en el tiempo y, cuando me doy cuenta, llevo dos años sin leer un libro que sé que me va a cautivar.

Es el caso de algunas sagas de fantasía (ejem, Jorge Gónex y Rubén H. Ernand), de las obras de G.G. Velasco y, en este caso, las de David B. Gil. Anteriormente, solo he leído de él su obra magna, El guerrero a la sombra del cerezo. Es el título que le aupó a la cumbre y, mucho me temo, un techo que no sé si podrá superar algún día (ahí tienes un reto, amigo). Una primera obra que, como siempre he dicho, está en mi top 3 y que, con el paso del tiempo, va ganando enteros para alcanzar la primera posición.

Entre España y Japón

Las historias de viajes siempre me han fascinado. Me inicié en el mundo de los videojuegos con aventuras gráficas como Broken Sword, que cambiaban de escenario continuamente por diferentes ciudades del mundo. No teniendo nada que ver, el libro Ocho millones de dioses tiene, como una de sus mayores armas, ese aire viajero que hace que nunca apoyes del todo el trasero. El padre Martín Ayala, coprotagonista de esta historia, inicia sus pasos en Toledo, donde le encomiendan una misión tan heterodoxa como su combinación de cultura española y japonesa para la época en la que transcurren los hechos.

El sacerdote viaja hasta costas japonesas, donde se reencuentra con sus vivencias de años anteriores. Antiguos recuerdos, antiguos fantasmas, que no siempre le ayudarán a la hora de desentrañar el misterio detrás de los asesinatos de sus compañeros de misión.

El elenco

La historia del libro Ocho millones de dioses gira en torno a dos personajes que, inicialmente, parecen tener poco en común. Un sacerdote español de avanzada edad, y un joven labriego con inesperadas cualidades con las armas propias de los samuráis. Ambos inician un camino incierto, por senderos cuyas respuestas abren nuevas preguntas. Investigarán, se asociarán y tendrán que luchar a medida que comienzan a conocerse y respetarse. De la relación entre Martín Ayala y Kudo Kenjuro dependerá el futuro de ambos, y alrededor de ellos se envolverá una trama tan profunda como, por paradójico que suene, preciosa y cruel.

Trasfondo

Podemos hablar de personajes, de ritmo, de vocabulario o de escenas del libro Ocho millones de dioses. Pero no es eso lo importante. Lo que, en cualquier novela, sería lo fundamental, iniciar el camino en la A y terminarlo en la Z, en esta ocasión es una mera herramienta. Lo realmente imprescindible es disfrutar y enriquecerse en un camino de palabras perfectamente hilvanadas, en una historia plagada de matices, en una cultura que se deja ver a través de los párrafos y en la sabiduría de unos personajes que hablan por boca del autor. Este es uno de esos libros que te abstrae de tus problemas del día a día, que te hace olvidar tus preocupaciones, que te hace levitar y vivir, por unas (muchas) horas, desde la piel de sus personajes.

Disfrutar sus alegrías, vivir sus tormentos. Gritar con ellos.

Conclusión de Ocho millones de dioses

Creo que ha quedado suficientemente claro, ¿verdad? Mentiría si dijera que Ocho millones de dioses está a la altura de El guerrero a la sombra del cerezo. Quizás sea porque tengo muy idealizada la primera obra del autor, o tal vez porque ya no podía sorprenderme como lo hizo en aquella ocasión.

Lo que sí puedo asegurarte es que, si escogieras diez libros al azar en una librería y estos dos se incluyeran en la lista, probablemente serían los dos mejores. Hay que leer a David B. Gil.

Visita mi página de autor para saber más sobre mí.

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