A veces pienso en los factores que hacen que algo sea inolvidable,igual soy mucho de reflexionar,pero soy así que le voy a hacer,además me gusta darle uso al cerebro ya que me lo dieron.Cuando analizo este tema creo que sin duda influye el lugar al que vas,que ha de gustarte o a poder ser encantarte.El modo de viajar o las actividades a realizar también han de estar en tu onda ya que si no puedes agobiarte un poco,pero creo que cuando se traspasan esas fronteras y algo se convierte en inolvidable el factor humano está ahí ocupando el lugar más alto del podio.Este viaje al igual que todos los que he emprendido no serían ni la cuarta parte de lo que fueron sin la gente que he conocido.Por que en efecto,soy de los que piensa que la felicidad es mejor compartida,no hay nada mejor que poder compartir lo que te gusta con gente que le gusta lo que a ti en el mismo grado.El viaje a Cabo Verde no habría sido igual sin ese grupo humano con los que he compartido anécdotas,bromas,risas, tortugueos, moscas, mosquiteras, ronquidos, todoterrenos y todos esos ingredientes que dan forma al voluntariado internacional que cada año se realiza en la playa de Ervatao,en Boavista(Cabo Verde).La sensación de haber conocido buena gente,personas con corazones honestos,haberme traído en mis corazones a gente nueva que ya nunca olvidaré,eso hace que merezca la pena todo.
Encaminándome a tomar medidas de una tortuga a la que acabamos de echar un cable en su camino al mar
Que os voy a decir,echo mucho de menos a la gente que allí conocí:sus voces,sus risas,los momentos inolvidables,los turnos de tortugueo o prospección…También añoro la naturaleza árida de Boavista,las playas ,el desierto…y claro que sí,a las tortugas,unos animales espectaculares que me han otorgado la fortuna de un espectáculo diario.
No sé cual de los momentos con las “tartarugas” me ha parecido más inolvidable si me hicieran elegir,a cada día que pasaba y cada experiencia nueva que vivía reunía algo nuevo para recordar el resto de mi vida.La primera vez que sale una tortuga de entre las olas y la ves ante la duda de si es una roca,un efecto de tu concienciado cerebro o el esperado reptil es único,un subidón que te deja boquiabierto.La primera vez que ya no solo ves salir la tortuga sino que esta completa su objetivo y la ves caminar,cavar y por supuesto poner los huevos( esos huevos que tal y como caen de la cloaca solíamos coger para trasladarlos,esto si que es inolvidable).La primera vez que en los turnos de por la mañana para revisar que ninguna tortuga ha quedado perdida o volcada encuentras que en efecto una desafortunada hembra está a punto de morir y gracias a nuestra oportuna aparición ves que sigue viva y te la imaginas ahí felizmente en el mar gracias a que apareciésemos por allí.La primera vez que ves las recién nacidas correr por la orilla a toda prisa para llegar sea como sea mar adentro,lo increíble que es que una cosa tan pequeñita no desista al chocar contra las olas hasta conseguir perderse en la inmensidad azul.
Cavar por las mañanas en busca de algún nido para contar los huevos y marcar el nido y en efecto haber acertado con la ubicación exacta y encontrarlos(es lo más parecido que he hecho a encontrar un tesoro o desenterrar algo de valor).Todas estas experiencias ya forman parte del recuerdo imborrable,pero no son recuerdos fríos sino vivos en mi interior como si ahora mismo estuviera allí de nuevo,si me tumbo a pensar aún me siento lleno de arena,salado,con el cuerpo frío de andar por la arena húmeda de madrugada,con el sueño que entra en ciertos momentos.Afortunado me siento.Son recuerdos vivos,acompañados de sonidos,olores,tactos y sensaciones a montones.
Si cierro los ojos y pienso en mi experiencia en el voluntariado con las tortugas boba me vienen olores como los de las tortugas,que aunque el olfato es el peor de mis sentidos a mí me recordaban a veces a algas de las que se acumulan en la orilla y a veces al típico acuario donde tenía galápagos de pequeño.Sabores como la malagueta,una salsa picante de las que pica por picar,sin tener sabor alguno.Sonidos como la guincha al despertar,las olas,los sonidos de sobre esfuerzo de las sufridas tortugas,las risas bajo el chamizo.Vistas como las propias nuestras percibiendo por donde salen las tortugas a no sé cuantos metros en la noche,ver el coche de Juliao bajando por el monte con nuestra comida,contemplar el desierto,las playas kilométricas.Momentos al fin y al cabo,con todo un abanico de sensaciones detrás,porque cuando veo las fotos recuerdo justo lo que hacíamos en ese momento,lo de antes y lo después,recuerdo voces y gestos. Cómo olvidar los madrugones para tener que caminar por la playa,que me eliminasen en las cartas siempre el primero injustamente,comer sopa con polillas y mosquitos en cada cucharada, llevarte sustos con los cangrejos fantasma que se te suben por los pies y tu ni los ves.Me he sentido en mi salsa,con todos estos añadidos que a mucha gente les darán miedo,reparo o que algunos piensen que estoy loco,pues bien,prefiero mi locura a su normalidad,me siento realizado haciendo estas cosas.
Si podeis en algún momento de vuestras vidas intentad ir,merece la pena ,y que no os eche para atrás lo de apenas poder ducharse con agua dulce,lo de no comer igual a como comeríais en casa(aunque vaya he comido mejor de lo que esperaba,sin queja alguna),tener que dormir en tiendas de campaña o todo ese tipo de cosas que entiendo que hay gente que no está muy familiarizada con estos mundillos pero bueno,cada uno se conoc a sí mismo eso sin duda.
Para que veais mejor en que consiste todo este trabajo os dejo este ilustrativo video :
Un abrazo enorme a todas las personas que formaron parte de este magnífico viaje,nunca podré olvidar a ninguno de ustedes.Ojalá podamos volver a Boavista a disfrutar, a veces lo pienso y siento como una extraña adicción por este sitio,tengo mono de él,tengo ganas de volver a tener mis dosis de tortugas,de buscar nidos,de bañarme entre las rocas,de pegar botes en los todoterrenos y todo eso.