Revista Salud y Bienestar
Con frecuencia, desde la atalaya del servidor público que soy, he intentado pensar en lo que vendrían cotizando nuestros pacientes que son, al fin y al cabo, quienes alimentan y hacen posible este sistema... Tras indagar en la cuestión, elaboro el siguiente resumen:
Son datos de 2012, con lo que pretendo señalar que resultan más benevolentes que los que corresponden a la actualidad del año 2014, habida cuenta de que en el transcurso de estos dos años y justificándose en la crisis: -. los salarios se han visto reducidos -. y los impuestos se han incrementado
Según el INE en 2012 el salario medio en España fue de 18.601 euros/año, esto es: 1.329 Euros al mes si tenemos en cuenta 14 mensualidades. Pero si a esto le añadimos lo que paga la empresa a mayores por el trabajador: -. un 23,6% de Seguridad Social -. un 5,5% para el posible desempleo (si nunca dejas de trabajar no te lo devuelven!) -. un 0,6% para formación profesional (por Dios, a cual se refieren?) -. un 0,2% para el Fondo de Garantía Salarial (mande?) Se deduce que nuestro salario medio pasaria a ser de 1.726 Euros, esto es: un 29,9% superior a lo que dice nuestra nómina.
Por otra parte, no debemos olvidar que el IRPF se llevaría un 25%.
Al final, de los 1.726 Euros del salario medio del que hablamos: -. el trabajador cobraría 912 Euros REALES -. y 814 Euros, CASI LA MITAD, se van para el Fisco y la Seguridad Social...
Visto así ya resulta escandaloso... Pero pensemos ahora en detalles que vienen a añadir dramatismo al asunto: -. pensemos en el IVA, que el trabajador tendrá que desembolsar en cuanto empiece a gastar sus escasos 912 Euros... En el supuesto de que nuestro abnegado asalariado lo gastase todo, estaríamos hablando de 720 Euros, ya que 192 -aproximadamente- se irían en concepto de IVA... -. pensemos en un sinfín de tasas e impuestos que aún no hemos mencionado y que no por eso nos habrán de perdonar (vivienda, basura, vehículos, etc...), y por Dios, no nos olvidemos de las multas, que siguen incrementándose en importe como en frecuencia y que, desde mi humilde punto de vista y en gran medida, se justifican en la necesidad de seguir recaudando...
Tal acoso fiscal se justifica en la enorme corrupción que ha venido asolando a nuestro país, a la que aún no hemos tratado en profundidad ni remediado... En lo que a mi respecta continuamos viviendo en las postrimerías de una simbólica edad media, en la que seguimos pagando el diezmo a unos nobles que ahora se hacen llamar políticos.