Revista Opinión

Impuestos revolucionarios para ‘regalos’ en la aduana de cuba

Publicado el 22 enero 2016 por Tablazo Tablazo Cubanoti @tablazocom

Por: Marlén González

El diálogo con los funcionarios de los aeropuertos en buena parte del mundo un empresa estéril. Tras la coraza de formas correctas y los más estrictos protocolos se levanta un muro infranqueable que bloquea y reduce los intercambios. Todos los que hemos viajado nos hemos sentido en algún momento presas de la rabia y la impotencia al tener que acatar algo que nos ha parecido absurdo o incomprensible. Sin embargo, nadie debe poner en duda la necesidad de mecanismos de control que permitan que los aeropuertos y los vuelos sean seguros; tampoco que los países legislen en favor de su comercio y sus intereses.

Para el caso de Cuba el tránsito por el aeropuerto no sería noticia de más interés o relevancia que en el resto de las latitudes si no fuera por las históricas restricciones a que se someten los pasajeros, en especial, cubanos. Poner etiquetas a las vigentes regulaciones aduanales sobre la entrada de artículos y a la casi ridícula pormenorización en lo que se entiende por ‘personal’ y ‘regalo’, pondría a prueba nuestra capacidad para la sinonimia y la adjetivación, pero consumiría tiempo y paciencia. Siendo Cuba un país con más de 3 millones de cubanos residiendo en el extranjero, siendo Cuba un país con tantos problemas de abastecimientos y  una infraestructura económica tan precaria como para que el suministro no sea estable ni, en ocasiones, de calidad, son incomprensibles buena parte de las regulaciones vigentes.

IMPUESTOS REVOLUCIONARIOS PARA ‘REGALOS’ EN LA ADUANA DE CUBA

Si no fuera porque conocemos el contexto, diríamos que el video que lleva más de un año circulando de una grabación oculta en el aeropuerto está ideado para un programa de humor. Pero no, las formas de los funcionarios son reales, la situación es real, las restricciones lo son y los ‘argumentos’ que esgrimen los oficiales están basados en el más riguroso apego a la legalidad, pues dentro de los objetos personales exentos del “del pago de los derechos de aduana” se incluye  literalmente “Un teléfono móvil (celular) ” y a pie de nota se añade que “de importarse más unidades que las indicadas en las listas precedentes de cada artículo, las cantidades por encima de ellas no se considerarán efectos personales y estarán sujetas a lo establecido para los artículos importados definitivamente.”

Aceptando que los oficiales se acogen a lo que por ley está estipulado y obviando las formas tan “del patio” de no detenerse a conversar debidamente con el pasajero, de continuar haciendo otras cosas, de voltearse y dejarlo hablando solo; obviando esas ‘obviedades’, lo realmente importante sale a flote. Ni buscando la acepción en un diccionario se puede entender de dónde ha salido la particular manera de entender objeto ‘personal’ según las legislaciones vigentes, ¿una persona que posee una línea privada de móvil y una vinculada a su trabajo no tiene dos teléfonos ‘personales’? ¿por qué tiene que pagar por el segundo como si se tratase de un regalo? ¿por qué a un niño menor de diez años solo se le consideran personales “2 Unidades de Juguetes y 2 unidades de juegos o instrumentos eléctricos o electrónicos para su uso personal”? ¿cómo explicarle que solo dos de sus tres, cuatro juguetes son personales y que por el resto mamá y papá tienen que pagar porque son regalos? ¿cómo tranquilizarlo para que sepa que eso no significa que dejan de ser suyos? ¿cuál es el propósito de tal ridiculez y extremismo con respecto a lo que se considera ‘personal’? ¿es mala intención, ignorancia, incultura, indolencia de quienes idean tales regulaciones? ¿por qué aun en el caso de los regalos deben pagarse unas cantidades abusivas? ¿en concepto de qué? ¿por qué, además, se regula sobre algo tan sensible y básico como las medicinas?

Quizás quienes solo conozcan la Cuba de panfleto no entenderán por qué muchos cubanos -y algunos extranjeros- viajan cargados de pastillas, algunas que compran, otras que recolectan entre conocidos, ¿por qué las medicinas tienen que ser efectos ‘personales’ y cumplir la condición de ser “Medicamentos, en cantidades necesarias sólo para uso personal del viajero y conforme a la respectiva receta médica”? ¿por qué no se pueden entrar antiácidos, antibióticos, analgésicos, vitaminas de los cuales carecen muchos cubanos? ¿por qué es necesario mentir, inventar recetas y enfermedades inexistentes para poder dejar unas pocas cajas para quien pueda necesitarlas?

Que los viajes ‘personales’ no pueden ser tapadera para la importación de productos con ánimo de lucro y que las personas deben pagar impuestos por sus negocios, es algo que cualquier persona entendería, pero que se avasalle, se fisgonee y se inmiscuya tan abiertamente en la esfera íntima de las personas es algo imperdonable, injusto e injustificado. Si en la Isla los productos cumplieran unos estándares de calidad aceptables, si el abastecimiento satisficiera la demanda, si los precios no fueran leoninos y abusivos como en muchos casos, ¿alguien cree que los cubanos seguirían siendo esas hormiguitas que se echan kilos sobre sus espaldas para dejarlos ‘en casa’?

Ya va siendo hora de que las leyes existan para proteger los intereses de todos, para que puedan convivir y coexistir armónicamente en una sociedad y ayudar a construirla, ya va siendo hora de que los cubanos que vivan dentro tengan vidas dignas, sus necesidades cubiertas y que no sea necesario que los cubanos de ‘afuera’ tengan que viajar cargados de maletas y que no sean víctimas de la contabilización, la revisión, el decomiso o el sobre-cobro.

Fuente: CC


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