Cada día estoy más harto de ver los continuos ataques contra la libertad de expresión, algunos de ellos realizados por fanáticos que arremeten matando a gente que simplemente ha dibujado unas viñetas humorísticas, pero otros, los más, cometidos por nuestra propia justicia; una justicia en la que hace casi una década que dejé de creer. Una justicia que es una pantomima. Precisamente hoy tengo que asistir a un juicio del que de momento no voy a hablar hasta que no se haya resuelto, un juicio injusto, con acusaciones injustas y actuaciones fiscales y judiciales que dejan mucho que desear, pero de eso hablaré en otra ocasión. Hoy quería hablar de otras imputaciones absurdas que nada tiene que ver conmigo, bueno, de una sola de ellas:
Imputaciones absurdas, esta vez por publicar un sketch humorístico que por lo visto ha herido sensibilidades.
La Audiencia Nacional ha imputado a Facu Díaz, presentador y humorista, por haber publicado un sketch cómico en «La Tuerka».
Imputaciones absurdas. Dejémonos ya de tanta fantochada.
De entrada me parece vergonzoso que el asunto haya llegado donde ha llegado, con independencia de cómo termine el asunto. La simple imputación por algo como esto ya es de por sí una vergüenza. Puedo decir que he visto el video y, aunque no es el humor que a mí me agrada y hasta puede resultar de mal gusto, desde luego no veo motivo alguno para que ocurran cierto tipo de cosas.
Imputaciones absurdas: Delito de humillación a las víctimas de terrorismo.
El sketch se titula «El PP se disuelve», y si alguien se puede sentir ofendido es el propio Partido Popular, pero no veo dónde está la presunta «humillación a las víctimas de terrorismo» por la que se acusa a Díaz. He tenido que visualizar el video tres veces para ver si encontraba una sola mención, humillante o no, hacia las víctimas de terrorismo, y salvo que el video que he visto esté incompleto, puedo asegurar que no se mencionan para nada.
¿De dónde procede la denuncia?
Hay gente que parece que está siempre pendiente de lo que no tiene que estar, gente que se aburre, o gente que simplemente tiene problemas de manía persecutoria. No encuentro otra explicación para que los representantes de la organización Dignidad y Justicia (vaya nombrecito) haya denunciado el contenido del video.
Cuando recibió las primeras críticas, Díaz dijo:
«Espero no haber ofendido a nadie. En serio. Ese no es el punto. No intento ofender. Si ofendí a alguien, y seguramente lo hice, me disculpo. Creo que uno no debería justificar todo lo que hace. Creo que un comediante debe llevarte a lugares donde nunca has ido porque, de lo contrario, podrías hacerlo tú mismo. Hay suficiente comedia anodina dando vueltas, cosas obvias que no marcan ninguna diferencia. Hay muchos comediantes que piden perdón cuando se pasan de la raya. Dicen “Oh, lo siento, no quise decir eso”. Bueno, pues haberlo pensado antes. Ahora hay una caza de brujas con el tema. “¿Hay algo sobre lo que no se deba hacer chistes?” No, no hay nada con lo que no se pueda bromear, todo depende de lo que sea el chiste. La comedia viene de un lugar bueno o malo. Depende de tu criterio saber cuál es. Estas son las palabras del comediante inglés Ricky Gervais, en su espectáculo “Out of England 2″. Y las pronuncio porque las suscribo una a una. Nos llena de decepción que quienes se escandalizan con chistes no lo hagan con acusaciones rotundamente serias. Que no sean capaces de reír, con lo sano que es. Que prefieran llevar al debate mis chistes y no mis preocupaciones como joven sin futuro por su culpa. Que no respeten ni a las víctimas, y que hagan de ellas una marca registrada. No tienen la potestad del dolor, pero sí les aconsejo que se hagan con la potestad del humor».
«Precisamente lo que buscan es silenciar, que tenga que ir con cuidado a la hora de bromear por si algún ofendido genera un proceso judicial. Bien, pues no me van a coartar».
¿Saben qué?, que se haya producido la denuncia me parece ridículo, me parece un ataque contra la libertad de expresión, tan grave como el ocurrido en Francia hace unos días, sí, con consecuencias mucho menores, sin muertes de por medio, pero aún así, la cosa es grave. Pero lo grave no es que exista la denuncia porque siempre habrá algún intolerante dispuesto a silenciar aquello que no le gusta oír y a malinterpretarlo, porque desde luego aquí se ha tenido que malinterpretar mucho la cosa para que hayan llegado a denunciar, pero, matizo, lo que más me molesta, lo que menos entiendo, es que hayan llegado a imputarlo. Si yo fuera juez (Dios me libre incluso del mero pensamiento de serlo), me hubiera limitado a no admitir a trámite la denuncia. Así de sencillo. Por favor… un poco de sentido común. Díaz no es el problema, y ya digo que no me gusta su humor, al menos no el de este sketch.
Y también quiero decir otra cosa: Yo he visto el video porque lo han imputado; de no haberlo hecho no lo hubiera visto, y como yo, mucha gente. Eso es lo que han conseguido con la imputación, que lo vea más gente.
Ramón Cerdá
Imputaciones absurdas contra la libertad de expresión was last modified: enero 11th, 2015 by Ramón Cerdá