Ser diferente por dentro conlleva ciertas responsabilidades. Vivir y sentir de una forma distinta al Status Quo, en ocasiones, puede llevar al mundo, casi entero, a estigmatizarte, a señalarte, a analizarte y discutirte por el mero hecho de expresar tu verdadero yo. Todos nos consideramos diferentes y por eso, según algunos, creerse especial es lo más vulgar que uno podría pensar de sí mismo. No estoy de acuerdo con ésta afirmación, pues he sido objeto de ambas críticas. Quizá muchos de los que me leen saben de lo que hablo. Entonces… ¿En qué quedamos? ¿Somos todos especiales o…?
Todos tenemos algo que nos hace únicos, pero no todos lo sabemos. Muchas personas viven en la continua crítica hacia los demás. No viven de acuerdo a ellos mismos ni tampoco se plantean el porqué de su desasosiego espiritual y personal. No echemos más leña sobre el árbol caído, simplemente son, inconscientes, enemigos del fulgor llameante del universo individual. No tienen culpa, pero son responsables de haberse dejado embaucar por la arena movediza del pasado, presente y futuro, de quién no tiene interés por el cambio, por el amor incondicional. A uno mismo y a los demás, pues la pasión es el único fuego que no puede apagar la tormenta. Dicho de otro modo. Los actos amorosos hacia otros no tienen tiempo. Son sencillamente inagotables. ¿Por qué no dar más?
Aquellos que juzgan quieren limitar a los otros que creen en crear. Imaginando, viviendo, experimentando y compartiéndose. Los que arriesgan siempre ganan. Buen título para otro artículo, pues es cierto. Siempre habrá gente que critique a los bohemios, a los rebeldes, a los músicos del alma, a los espíritus salvajes, a los que portan su corazón por bandera y los que se arriesgan… tal como hice yo hace un año… a quedar como tontos por amor. Esa es otra historia que habré de analizar algún día. Lo que importa, en éste, mi universo, mi vida, vuestras vidas, es… decidir sobre uno mismo, lo que es correcto o incorrecto. Sin falsos miedos a equivocarnos, porque cuando uno sueña y actúa acorde a esas ilusiones, nunca dejará a nadie indiferente.