Foto por rociosalazarp
Elsignificado de intolerancia según la RAE es “falta de tolerancia, especialmentereligiosa”. Pero la palabra tolerancia está muy bien definida, desde la acciónhasta las cotas de esta. El acto positivo está muy bien especificado, aunque esel negativo el que nos mueve a diario, la INTOLERANCIA es la acción que nosmantiene en una eterna disputa. Quizás por la falta de definición es que no seha internalizado socialmente lo perverso y cruel que puede suceder cuando un INse interpone en nuestra comunidad.Desde hace muy poco tiempo enChile (estamos en pañales para mi gusto) esta palabra ha estado indirectamenteen nuestra comunicación diaria, camuflada con acciones como discriminación (vernoticia de empleada chilena),amenazas (ver noticia de Inés Pérez) uodio (ver noticia de nuevo reality chileno: Mundos Opuestos),y nos ha sacado los epítetos más impulsivos y vehementes de los últimos tiempos.En las redes sociales se ha llegado a maldecir (por lo bajo) a algunas personas por motivosaparentemente válidos –socialmente legítimos, diría yo– que hacen caer en elmisma imprudencia de lo criticado.Cuandohablamos de tolerancia se viene directamente a nuestro raciocinio palabras comovoluntad, disposición, constancia y hasta amor. El problema es que cuandoaparece la intolerancia se nos olvida que hay que ponerle el IN o DES a todasesas hermosas palabras, quedando eso como resultado del trato que estamos dando.Omitimos las reales consecuencias de imponer a fuego una opinión, con toda la pasiónque eso conlleva, o simplemente negamos el real sentido de nuestras accionessiendo los animales autoritarios que comenzaron con nuestra evolución.Hedescubierto con el tiempo que la intolerancia está viva en todos, solamente porel hecho de pensar y casarnos con alguna posición, por querer pertenecer a ungrupo (algo muy social e injuzgable). Pero ese no es el problema, el real conflictoexiste cuando creemos que podemos o debemos, de alguna forma, hacer que el otroesté de nuestro lado, pensando lo mismo que yo, creyendo que somos iguales ydesconociendo esa individualidad que nos hace humanos. En ese momento nos sentimoscon el derecho de mal tratar para conseguir ese fin tan esquivo, justo ahí cometemosel error de olvidarnos que el otro también piensa.No daré soluciones posibles al problema, creo que eso se nos enseña en pre-básico, yel que logró aprender lo olvida con el ego de la “madurez”. Solamente diréque mientras más intolerantes somos, menos nos comunicamos y mientras menos nos comunicamos, menos comunidad somos. Mientras esté endisputa si una asesora del hogar debe o no debe vestir uniforme, nos olvidamosque trabajan más que el horario legal en Chile. Mientras puteamos a una mamáporque se expresó de una u otra forma (no digo que estoy de acuerdo o no con lodicho en su entrevista), nos olvidamos del libre albedrío (que tanto nos gusta a algunos). Y, mientras secrucifica a un joven por el hecho de discriminar, lo discriminamos a éltambién... de vuelta.