Revista Libros
Nada más dulce que sus palabras. Nada más dulce que el sonido de sus besos. Sus silencios son pesados como una losa. Las rosas se convirtieron en ausencias. Los te quiero se transformaron en dulces recuerdos. La pasión se convirtió en silencio. El recuerdo de su voz aliviaba su distancia. Los sueños eran el único lugar donde ella era todo. Cada día la echaba de menos. Cada día deseaba abrazarla. Cada día no dejaba de sentir su influjo. Ella estaba lejos como las estrellas. Ella se transformó en inolvidable. Nunca llegaría al sendero de su corazón. Era su musa intocable. Era su inspiración. Sus lágrimas llevaban su nombre. Era su estrella inolvidable. Era su felicidad aunque no pudiera abrazarla. Era su pasión aunque no pudiera besarla.