PUBLICADO POR LA ASOCIACIÓN POR LA MEMORIA MILITAR DEMOCRÁTICA
Autor: José Manuel Rodriguez Crespo
Capitán de la Marina Mercante
El pasado 18 de noviembre de 2022, se cumplía el 85º aniversario del asesinato de Cleominio Muñiz Lorenzo, un muchacho de 18 años recién cumplidos, que tuvo el fatídico y macabro honor de ser el primer muerto del infrahumano Campo de Concentración de Camposancos, ubicado en el edificio y recinto del colegio de los Jesuitas de la citada parroquia, perteneciente al Concello de A Guarda (provincia de Pontevedra).
Este muchacho, que era uno más en el primer contingente de prisioneros enviados desde el recién caído Frente Norte –recordemos que Gijón cayó el 21 de Octubre de 1937- estaba siendo interrogado en el siniestro torreón de los Jesuitas, conocido desde entonces por los vecinos como “el torreón de las torturas” (sobre todo en su segunda planta), donde aún hoy en día, en pleno verano, al pasar por la calle pegados al lado del torreón que da la sombra, se puede notar un brusco cambio de temperatura que provoca un ligero cambio sensitivo en la piel, acompañado del llamativo silencio que siempre hay justo en ese sitio.
Las condiciones de salubridad eran leoninas, cáusticamente hablando, puesto que una de las consignas que tenían mentalmente interiorizadas los sublevados era el negarles implícitamente el “estatus” de “prisionero de guerra” para no tener que cumplir con el Primer Convenio Internacional de Ginebra de 1929 sobre el trato justo a los prisioneros de guerra y que en España entró en vigor en julio de 1931; observe el lector que como fue en plena recién proclamada República y que, al que estas líneas escribe, se le ocurre pensar que igual los militares franquistas pensaron que “la cosa no iba con ellos”, porque como era de la República…
Esta brutal dureza se manifestaba no sólo en las condiciones físicas del recinto, que eufemísticamente podríamos calificarlas de “espartanas”, y que incluso sorprende hoy en día al verlas (y eso que el visitante ya va apercibido de lo que va a ver), sino también en el trato y consideración hacia la condición humana, donde el dormir hacinados en el suelo, la subalimentación, el frio y la humedad, las palizas sistemáticas a los prisioneros por el mero hecho de ser Republicanos (y por lo tanto unos seres vivos “apaleables”), y hasta el negarles el agua para beber. Hecho este último el que condujo a Cleominio a la muerte, puesto que en uno de los breves descansos en los interrogatorios (para que descansasen los falangistas interrogadores, no los interrogados), el muchacho se acercó a la ventana con su escudilla a recoger agua de la lluvia para beber. Desde abajo el falangista que con su fusil “Mauser” (así consta en el registro) montaba guardia en el patio, le vio primero y nada más verle asomarse, acerrojó el fusil, apuntó y le disparó sin contemplaciones. Muerte en el acto. El cuerpo del muchacho se precipitó al vacío y cayó ya muerto en el patio, y más le valió así, porque la caída desde aquella altura le habría supuesto la muerte igualmente pero con más sufrimiento. Y aquí viene lo más cruel: el cuerpo del malogrado Cleominio quedó allí tirado dos días, ¡dos!, que hasta se veía desde las casas de los vecinos más inmediatos.
El profesor Leo Blanco Nova en una de sus interpretaciones al violín.Uno de esos vecinos, fue la señora que con otras mujeres de la parroquia, se conmovieron, se apiadaron y hasta fueron a buscar al cura de la parroquia de Camposancos. Según nos cuentan durante la inauguración del Memorial las nietas de estas mujeres, cargaron el cadáver a lomos de un caballo, lo taparon con hierba para que nadie lo viera (ni un solo soldado franquista o miliciano falangista las ayudó) y lo enterraron en el citado cementerio parroquial; eso sí, en la denominada “parcela de pobres”. Y desde aquel día nunca, NUNCA, faltaron flores en “a foxa do preso”. Y anteayer, 85 años después, estas niñas y niños –hoy jubilados- se enteraron del nombre “do preso” al que su madre llevaba flores y que su padre con restos de construcción de otras tumbas, marcó la fosa para que se supiese cual era y no cayese en el olvido. El 18 de noviembre 2022 revelaron su identidad.
Y aquí llega la persona, Daniel Pazó Tiedrá -escultor en piedra e hijo del Artillero del Acorazado "Jaime I" Daniel Pazó Vila-, quien nada más conocer la historia in situ por boca del Vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica del Campo de Concentración de Camposancos y fosa común de Sestás, tuvo la idea de dignificar aún más aquella tumba anónima dando luz a los olvidados por la Historia allí sepultados, el cual de su pecunio, esculpió el monumento que hoy preserva del ignomioso olvido, tanto a Cleominio Muñíz Lorenzo (18 años, Avilés), como a los otros seis prisioneros que “por allí yacen” -ya que se sabe que están por allí al lado, pero no exactamente donde-,
Anastasio Hernández Martín (21 años, vecino de Matiko-Bilbao)
Maximino Díez Llorente (54 años, vecino de Gijón)
Isidoro Prieto Polo (28 años, Mieres)
Ramón Llerandi Vallejo (21 años, Oviedo)
Camilo Álvarez Hernández (23 años, Iruña-Oviedo) y
Camilo Arango García de Los Cabos (35 años, Oviedo).
Muertos todos ellos por las torturas y malos tratos a los que fueron sometidos por los sublevados, y que en el libro de defunciones del Registro Civil del Juzgado de A Guarda constan con cínicos dictámenes clínicos como “adenoma prostático”, “hemorragia interna”, “uremia consecutiva a angina gangrenosa”, “fiebre tifoidea” y otros… Ahora, como muy bien dijo nuestro querido compañero Marcos Santos Soto, que intervino el segundo en el acto, ya vuelven a tener nombre y apellidos devolviéndoles SU Dignidad, y sus familias tienen ya donde llorar a sus Héroes; pero no sólo son “Héroes” para sus familiares: ¡son nuestros HÉROES!.
El acto fue presentado por Bárbara Domínguez González, Licenciada en Ciencias Políticas, la cual, ante unas cien personas repartidas por todo los lados del cementerio, fue dando paso a cada uno según guión, comenzando primeramente por la interpretación del himno de Riego al violín por el Titulado Superior de Música de violín Leo Blanco Novoa y profesor del conservatorio profesional de música de Vigo, seguidamente tomaron la palabra José Antonio Uris Guisantes, quien hizo una breve semblanza de los siete prisioneros rescatados del olvido y Daniel Pazó Tiedra, el escultor y padre del monumento, quien explicó el qué y el porqué del monumento-memorial y expresó su infinita gratitud con la o las personas que con anterioridad corrieron el riesgo de marcar con una cruz la tumba.
Acto seguido el Profesor Leo Blanco interpretó la pieza “Siciliana” y seguidamente se le cede la palabra a nuestro compañero en la AMMD, el ex-cabo de Infantería Marcos Santos Soto, y de cuya emocionada intervención incluimos aquí el texto:
Boa tarde a todas e todos, e moitas grazas de corazón, desde o máis profundo do meu corazón pola vosa compañía. Para min é unha honra representar hoxe neste acto de dignidade necesaria ao Colectivo Republicano de Redondela, a Asociación de Memoria Militar Democrática, ao Colectivo de Militares Demócratas Anemoi, a Asociación Civil Milicia y Republica, e a Asemblea Republicana Galega.
Unha honra ser convidado pola Asociación para a Recuperación da Memoria Histórica do Campo de Concentración de Camposancos e foxa común de Sestás,
Marcos Santos Soto y Leo Blanco Novoa
A este acto de dignade necesaria para estas sete persoas asasinadas pola barbarie do nacional-catolicismo español. E digo asasinadas con claridade e rotundidade porque fronte ao fascismo non valen as ambigüidades nin os eufemismos. O de non chamar as cousas polo seu nome deixámolo para os asasinos miserables que agás no caso de Cleominio, cuxa historia encolle o corazón a quen o teña; dicían que os outros seis morreron por “ enfermidade”. Dende o primeiro momento, xente anónima deixou flores frescas na tumba de Cleominio e como consecuencias deste acto de bondade sabemos que aquí esta soterrado Cleominio Muñiz, e a súa familia e as de Anastasio Hernández Martín, Máximo Díez Llorente, Isidoro Prieto Polo, Ramón Llerandi Vallejo, Camilo Álvarez Fernández, e Ovidio Arango García, Xa saben onde chorar aos seus heroes. Heroes asasinados polos que se ergueron contra a legalidade para sumirnos nuha das máis crueis e asasinas ditaduras da historia. Unha ditadura sucedida por un estado que non soubo Transicionar, un estado cómplice de continuar a herdanza do asasino na forma da monarquía, un estado cómplice de non saber depurar un exército fascista pois seguiron os mesmos amnistiados namentres a unión militar democrática ata ben entrados os 80 seguían na cadea e nunca ascenderon; un estado que deixaba durmir ao tribunal de orde público para deixar que madrugase como Audiencia Nacional con máis da metade dos seus membros sen mudar. Mudar todo para que nada mude. Un estado que se segue negando a extraditar a torturadores que finan tranquilamente como o asasino Franco sen pagar polo seus crimes, un estado que a dia de hoxe nos segue a mermar dereitos e cun goberno que se autodefine como o mais progresista da historia endurecendo o código penal ca letra pequena e segue sen derogar a lei mordaza e deixando que seus cans protexan aos fascistas nas súas manifestacións mentes mallan e mallan nos obreiros que defenden o seu pan. Queridas compañeiras oxalá algún día, gracias a anónimos como o que nos ocupa no caso de Cleominio, dou grazas a que de verdade mude o estado e todas e cada unha das familias dos asasinados poidan chorar aos seus heroes e devolverlles a dignidade como hoxe neste acto se lle está a devolver a Cleominio, Anastasio, Maximino, Isidoro, Ramón, Camilo e Ovidio. ¡Compañeiros, agora si, que a terra vos sexa leve!.
Terminada esta sentida intervención, toma la palabra el ex-Alcalde de A Guarda y Presidente de la Asociación Memorialista José Manuel Domínguez Freitas -y cuyo discurso puede leerse en la web oficial de su asociación-, el cual hace un repaso de las acciones llevadas a cabo por la recuperación de la memoria de todos los prisioneros del campo de concentración y realiza los agradecimientos a todas las personas que tuvieron relación tanto con el actual monumento, como sobre todo con la preservación de la tumba y de la memoria durante todos estos años desde 1937. En su intervención desvela la identidad de dichas personas:
y aprovecha para dar la entrada a los descendientes de los allí recordados, los cuales explican sus experiencias y recuerdos descarnadamente. Emocionantísimos esos momentos. El público rompe en aplausos en verdadera muestra de agradecimiento. Imposible transmitir en estas pocas líneas aquel momento. Que nuestros lectores intenten hacerse una imagen mental.Sinto hoxe unha satisfacción especial que entre nós están familiares (Fefa, Cecilia e José Benito) do albanel camposino, Cándido Martínez Martinelli e de Josefa Vicente Martínez. Cándido foi artífice de preparar a tumba de Cleominio e colocar unha cruz abandonada, súa esposa de poñer flores ao igual que fixeron as camposinas, Eladia Loureiro Vega, Avelina Vázquez do Barrio do Palomar (casada anos mais tarde con un prisioneiro), Blanca Carrero Veiga (esposa de Agustín Moeira Portela) Todas elas, ata hoxe sen saír a luz pública foron (entre outras máis de Salcidos e A Guarda) as que axudaron a ducias de prisioneiros.
Terminada la intervención de Freitas, se procede a descubrir el memorial retirando las banderas Republicanas que lo cubrían, mientras el profesor Leo Blanco interpretaba “La Internacional” en una magistral intervención, al igual que las veces anteriores. Una vez interpretada La Internacional e Inaugurado el Memorial, como cierre del acto, se procede por parte de este que escribe, al accionamiento del centenario gramófono que se ve en la imagen, y de un disco de 90 años con el Himno de la II República, el Himno de Riego, como homenaje final a los asesinados para traerles las mismas notas musicales de su época y por la que lucharon hasta sus últimas consecuencias.
Terminamos este relato de la misma forma con la que muy bien terminó su alocución nuestro compañero Marcos: ¡Compañeros, ahora sí, que la tierra os sea leve!
A la izquierda Marcos Santos Soto, a la derecha
José Manuel Rodriguez Crespo.
Camposancos (Pontevedra) 18 de noviembre de 2022
*******************************