Gracias a Lola, a Ana y toda la familia pero sobre todo a Abelina, que han sido capaces de hacer lo que todo un estado no ha querido.
Ellas han sido con su tesón y también con su dinero quienes han hecho posible este memorial para que los nombres de los vecinos de Paracuellos de Jiloca asesinados en la guerra civil española puedan ser leídos y recordados.