Es habitual que en las compañías cuando algún trabajador abandona y aduce como motivo la falta de reconocimiento de su trabajo, la empresa suela pensarse que los trabajadores quieren más dinero. Y desgraciadamente, con esto algunas organizaciones demuestran que no conocen a sus personas porque no todo el mundo se mueve sólo por el dinero sino que también valoran otras muchas cosas.
Las personas necesitan saber y sentir que se les reconoce su trabajo (agradecimientos públicos y desinteresados que no consisten más que en un “gracias” por tu buen trabajo o una palmadita en la espalda). Así esos trabajadores saben que van por buen camino y que sus responsables saben apreciarlo. Otras muchas veces, gran parte de trabajadores ignoran qué opinión tienen sus jefes y su empresa de su trabajo. Por desgracia, las personas no podéis ser adivinas y si no os dicen nada, podéis imaginar muchas cosas.
Las personas nos hemos vuelto muy egoístas e individualistas y, a pesar de que otro compañero de trabajo os haga un favor, pasa para vosotros desapercibido y, como mucho, le dais un gracias, carente de sentimiento que es lo mismo que no decir nada. Suele ocurrir que las personas adquirís el hábito de que esa persona ya os tiene que ayudar siempre en esa tarea porque así lo veis vosotros sin que sea su obligación.
A las personas os cuesta reconocer el trabajo de los demás, eso sí, si no os reconocen vuestra labor, os fastidia y los veis como distinto y es exactamente igual.
Los jefes muchas veces no aprecian el trabajo de su equipo y olvidan hacerles partícipes de los logros porque son del equipo como un todo. Tenéis que permitir disfrutar de su momento de gloria a cada trabajador e incentivar que la organización sepa la buena labor que hacen para que puedan ser recompensados mediante un exitoso desarrollo por valía en la compañía. El problema es que algunos responsables no quieren que esas personas salgan de sus equipos y, a veces, mantienen tapada su labor para que no salgan del mismo. Y esto a veces consigue el efecto contrario; que esas personas se frustren y se vayan a las empresas de la competencia porque allí les dan la oportunidad que vosotros le negasteis injustamente. Las personas de vuestros equipos de trabajo no os pertenecen sino que son trabajadores de la compañía que representáis y debéis mirar por el interés global de la misma.
En las compañías españolas, cuesta reconocer la labor de los demás mediante muestras públicas de reconocimiento. Por ello, va bien incentivar desde la dirección de la compañía y desde recursos humanos, iniciativas que ayuden a crear ese espíritu de saber dar y recibir a los demás por lo que os aporten. Esto hace que se genere más espíritu de equipo que hará que las personas sientan un compromiso de pertenencia que les hará establecer vínculos fuertes. Esto se consigue, por ejemplo, creando la figura del empleado de la semana o del mes, que sea propuesto un candidato por cada trabajador de forma anónima, explicando el motivo objetivo que le acompaña y el que más votos reciba, se le da un premio (entradas para el teatro, para un concierto, un viaje de fin de semana, una cena en un buen restaurante, etc.) para que perciba que su compañía le agradece su compromiso e involucración. Eso sí, este tipo de iniciativas tienen que estar bien planteadas y explicadas, para evitar que se incentive el amiguismo de “tu me votas a mi porque eres mi amigo y no porque me tengas que reconocer nada que hayas hecho por mí”. Se trata de reforzar la figura del reconocimiento del trabajo de los demás en beneficio de alguno de vosotros que sois la compañía.
Luego los responsables de equipo, de la misma forma, deben trabajar por consolidar la unidad de sus miembros de equipo, proveyendo alguna comida o cena de equipo para acercarse más todos los integrantes, mediante el conocimiento mutuo, estableciendo vínculos más fuertes. Eso sí, eso se tiene que hacer porque sea una demanda global de todo el equipo y no para que el jefe quede bien entre sus trabajadores. Este tipo de cosas, para que surtan efecto, tienen que seguir un proceso lógico que los justifique, porque las personas perfectamente saben diferenciar cuando se hace de forma voluntaria o forzada.
Reconocer el trabajo de los demás es una carrera de fondo que se tiene que ir manifestando a lo largo de todo el año, cuando se dan circunstancias que lo motiven y no por quedar bien para hacer el teatrillo.
¿Cuántas veces os reconocen vuestra buena labor?
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