Inclusión Financiera: Un Detalle – Parte III

Es fácil explicar las condiciones del sistema, mostrarles los supuestos “beneficios y oportunidades” a los cuales accederán. Lo he hecho como parte del trabajo en el tema, pero los resultados no mostraban mejoras. Apreciémoslo de cerca, se les dice el qué pero nadie menciona el cómo, y es aquí donde encontramos el detalle.

Este cómo se relaciona al concepto de educación financiera, otro de los temas manipulados en el desarrollo de la inclusión, el cual se realiza cada vez más pero sólo en forma descriptiva.

Se les indica, haz un presupuesto, ahorra, no asumas deudas mayores a tus ingresos, Invierte. Apreciémoslo de nuevo, no se les dice ¿Cómo? Veámoslo mejor, ¿Cómo hace un presupuesto alguien cuyo gasto en necesidades básicas es casi el 100% de sus ingresos?, ¿Cómo se pide que ahorren si se toma estos para cubrir la cuota del integrante que incumplió su pago? ¿Cómo se sugiere no endeudarse más que los ingresos cuando se les ofrece préstamos mínimo 2 veces mayor? ¿Cómo se habla de invertir, si decide incrementar su venta de papas comprando más de ellas, probablemente, perderá cuando se malogren porque no logró venderlas a tiempo? no se puede educar cuando las palabras contradicen los hechos.

Tal vez la educación financiera sea la fórmula para lograr que el sistema funcione; pero ¿Cuál debiera ser el enfoque? Replanteemos. Se requiere más que frases vacías y alejadas de su realidad. Probablemente el acompañar a cada beneficiario, ir de la mano, supervisando y monitoreándolo permanentemente hasta que pueda hacerlo sólo, sea la respuesta más acertada.

Dado que la realidad en cada zona es distinta al igual que los participantes. Habría que apostar por un sistema que se adapte a cada situación. Esto no lo sabremos hasta que en verdad se haga ¿Están las organizaciones dispuestas a hacerlo?…