Revista En Femenino

Incompatibilidades de la maternidad: vacaciones

Por Padresenpanales @Padresenpanales

Durante las Navidades, me encontré a una compañera de trabajo, estaba con su hija de unos 4 años. La conversación fue algo así:

  • Yo: ¿Qué tal, de vacaciones para estar con la peque?
  • Ella: si, así hacemos unos recados y estoy con ella. ¿Cómo van las navidades?
  • Yo: Bien, y vosotras?.
  • Ella. Bien. Pero bueno, esto no son vacaciones ni es nada (mirando de reojo a la peque)

Pues eso, que las vacaciones no son lo que eran antes de hacerte m/padre, y de esta conversación, aparece la 2º incompatibilidad de la maternidad: UNAS BUENAS VACACIONES.

Si recordáis empecé esta sección con la incompatibilidad nº 1, Una buena ducha.

Las vacaciones pre m/paternidad

Las vacaciones eran para disfrutar, relajarse y desconectar. Antes cuando te planteabas unas vacaciones, daba igual el lugar, el idioma, las horas de viaje, la comida… Mientras no te pasaras de peso en el equipaje (si te ibas con compañías baratas), no sobrecargases el coche y llevases siempre after sun… Además podías improvisar.

“Nos vamos este finde a… 450km de distancia, que nos juntaremos con unos amigos a cenar y a salir de copas”. 

Digamos que esta improvisación sería la más alejada de lo actual, porque implica 3 factores que cuando nace tu hijo hay que estudiar:

  • Viaje largo en coche
  • Estar con amigos en un local delimitado
  • Salir de copas a horas no infantiles

Nuestras vacaciones pre m/paternidad solían consistir en

  • Días de estar en casa para no hacer nada, arreglar el jardín, tumbarse a la bartola, irse de compras…
  • Viajes de turisteo. Ya sea dentro como fuera de España. Visita de museos, edificios emblemáticos, en pareja, con amigos…
  • Viajes de aventura. En esta categoría podrían incluirse desde los viajes a la montaña para hacer senderismo o esquí, ir de camping de playa o montaña, hasta nuestro querido y bien recordado viaje a Tailandia.

Miércoles mudo: las mejores vacaciones Tailandia

  • Viajes de relax. Pues eso, relax, playa o montaña, o ciudad, lo que fuera, con pocas cosas que hacer, mucho relax, si había spa y masajes mejor.
  • Viajes porque sí. Irte sin motivo, o con cualquier excusa tonta, a cualquier lado.

Una vez que te conviertes en madre o padre, las vacaciones realmente pueden seguir, es decir, no desaparecen, pero se modifican los objetivos yo creo. Si antes los objetivos eran disfrutar, relajarse y desconectar, ahora también vas a disfrutar, de otro modo y en ocasiones mucho más que antes. Pero, Olvídate de relajarte, o al menos todo el tiempo, seguro que 5 minutos encuentras para relajarte durante los 15 días de vacaciones (¬¬) . Y desconectar… desconectas del trabajo y la rutina, pero la cabeza no para, no hay un momento en que tu encefalograma quede plano y pienses “estoy aburrido”.

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Vacaciones siendo padre o madre

Nosotros seguimos adelante con nuestros viajes, ya no nos desplazamos tanto, evitamos lugares con exceso de cosas turísticas para ver, porque de momento sería imposible abarcar todo, e intentamos ir a lugares que estén algo adaptados a niños. De momento, en 18 meses, hemos estado en 3 lugares diferentes de playa, hemos estado en Madrid, y en una casa rural en la montaña. Y esto son cosas de pernocta, que hemos hecho planes de día tipo picnic que no han ido tampoco mal, y casi son los mejores que hay que hacer y deshacer maletas.

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Lo que echo de menos es el primer punto que os ponía antes de las vacaciones. Días de estar en casa para no hacer nada. Eso es imposible. Ese “nada”, solía implicar cosas tales como

  • Levantarse tarde, muy tarde.
  • Ir a la peluquería.
  • Aprovechar a hacer limpieza general en casa.
  • Preparar la maleta para un viaje.
  • Pasarme el día de cuidados de belleza en casa.
  • Leerme un libro.
  • Nada de nada.

Y una cosa super maravillosa que no he contado aún, es que, cuando eres padre, y planeas unas vacaciones de relax, muy guays, varios días, todo controlado, maleta preparada…. zas zas zas zas zas. El bebé / hijo se pone malo. ¿Casualidad? Creo que de los 5 o 6 viajes que habremos hecho más planificados, uno lo retrasamos 2 días por catarrazo de la beba (catarrazo de los que el pediatra te da antibiótico, que eso no pasa a menudo), otro a puntico estuvimos de cancelarlo porque 5 días antes se puso mala con tos, mocos.., pero nos pusimos en modo cuarentena y salvamos la escapada aunque con todo el kit de supervivencia (apiretal, suero, cebollas para respirar por la noche…). Y si el bebé esta sano para poder iros es porque … ¡Os ha pegado el virus! Si si si queridos, el finde soñado del papi, en la montaña, una casa rural super perdida y super mona, un fin de semana de otoño con buena temperatura… Hora de salida 11am. Hora en que mamá se pone requetemala con gastroenteritis que la beba le ha traído de la guarde pero sin cogerla 2am.  No veáis que rabia me dio tener que cancelarlo. Todo el finde en la cama me pasé…

Y así es, la maternidad es maravillosa, pero la vida y las vacaciones cambian, y es mejor. Siempre es mejor con un pequeño conociendo mundo mientras te sonríe y te abraza (o corre como un loco por una avenida, o come arena, o vomita en el coche, o se le cae el plato de comida encima…).

Si aún estáis embarazados, daros el capricho de unas vacaciones de no hacer nada, de relajaros, de disfrutar y vaguear a partes iguales, y si ya sois padres, quedo a la espera de que me contéis y recomendéis planes de viaje infantiles!

¡Feliz día!


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