Incongruencias

Seguro que habéis leído o escuchado alguna de estas expresiones en los medios: “inteligencia artificial” y “lujo silencioso”. Preferiría ignorarlas, porque estoy hartita de leerlas o escucharlas, pero mi yo pamplinoso me pide hablar sobre ellas. Algo parecido me ocurrió con los leggings. Los critiqué hasta la saciedad, para acabar vistiéndolos en invierno, con minivestidos de lana y botas planas; eso sí, siempre tapando el trasero. Nuevo mandamiento: “Nunca digas este legging no vestiré”. 

Volviendo a las frases cansinas. Me parecen incongruentes, absurdas y creo que la intención de sus creadores era llamarnos tontos, además de artificiales y lujosos.

Sobre el lujo silencioso, ¿qué queréis que os diga? Llevo toda mi vida adulta criticando la ropa con logo ostentoso.

En mi ciudad hay una óptica a la que no creo que vuelva. Fui a comprarme unas gafas de cerca (cosas de la edad) y las únicas que me gustaron tenían unas enormes letras doradas en una de las patillas. Como me negué a comprarlas si no se las quitaban, me fui sin gafas y con un apuro muy grande. 

Considero que si una marca quiere que incorpore sus logos a mis prendas, debería pagarme por ello. No es que me considere Monica Bellucci, para nada; es que realmente creo que les estoy publicitando, posiblemente para mal, pero allá ellos.

Tampoco entiendo esas prendas masculinas con un enorme bordado en el pecho representando a un señor jugando al polo sobre un caballo. Parece ser que hay quien cree que lucir una marca es sinónimo de “soy un triunfador” o “pertenezco a la élite”. Se equivocan. Cuanto más grande es el logo, más simple y gilipollas (con perdón) es la persona que lo luce.

El lujo debería ser siempre silencioso y sinónimo de calidad, elegancia, confort y suavidad. Todo eso es lujo. Discreción, sobre todo. Por eso, me resulta redundante llamar a algo “lujo silencioso”.

En cuanto a la inteligencia artificial, podría estar escribiendo horas, pero voy a intentar ser concisa.

La inteligencia es propia de los seres humanos, por eso nunca será artificial. 

¿Veis como puedo ser concisa?

Me encanta sorprender, lo reconozco, pero es que el tema no da para más. Fijaos si es humana la inteligencia artificial que genera delitos de todo tipo, que no voy a detallar para no dar ideas, y que tendrán que legislar los responsables de ello.

Fluyamos, por favor. Con suavidad, con elegancia, con lujo y en silencio; porque, al final, la vida sigue igual. Hasta Julio Iglesias era artificialmente inteligente, además de truhan y señor.

Por último, me gustaría comentar otra expresión que me parece lo peor: “amigo de sus amigos”. ¿Perdona?

Si no es de tus amigos, ¿de quién eres amigo, criatura?, ¿de la rana Gustavo?, ¿del difunto Chandler de Friends?, ¿del perro del hortelano?

Cuando alguien se define como amigo de sus amigos, a la única conclusión a la que llego es que esa persona es un chufla del que es mejor no fiarse.

Para despedirme os diré que me considero incongruente, pero también amiga de la inteligencia y del lujo. Soy muy artificial y poco silenciosa. A todas las personas que me leen las considero amigas. Soy amiga de mis lectores.