Cuba afirmó que su única responsabilidad en las movilizaciones populares en Latinoamérica es la que emana hoy del ejemplo de su pueblo en la defensa de su soberanía y su resistencia ante la hostilidad de Estados Unidos.
En una declaración, difundida la víspera por su Ministerio de Relaciones Exteriores, la isla rechazó la acusación de Washington sobre una supuesta responsabilidad en las manifestaciones en el continente, la cual consideró una increíble excusa para justificar y endurecer el bloqueo y la hostilidad contra el pueblo cubano.
Precisó que 'la calumnia norteamericana' resulta inútil para esconder el fracaso del sistema capitalista, proteger gobiernos tambaleantes y represivos, ocultar los golpes parlamentarios, judiciales, policiales, y agitar el fantasma del socialismo para amedrentar a los pueblos.
En el texto, titulado Nuestra América ante la arremetida del imperialismo y la oligarquía, Cuba precisó que lo que se pretende es también justificar la represión y la criminalización de la protesta social.
Recordó que el secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo, acusó, amenazadoramente, el lunes pasado a Cuba y Venezuela de sacar provecho y ayudar a elevar la agitación en los países de la región.
El gobierno cubano indicó al respecto que el funcionario estadounidense tergiversa y manipula la realidad y oculta, como elemento central de la inestabilidad regional, la permanente intervención de Estados Unidos en América Latina y el Caribe.
Agregó que las legítimas protestas y las masivas movilizaciones populares en el continente, en particular en Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Brasil, son generadas por la pobreza, la creciente desigualdad en la distribución de la riqueza y la certeza de que las fórmulas neoliberales agravan la excluyente e insostenible situación de vulnerabilidad social.
Entre otras causas, la isla mencionó la ausencia o precariedad de los servicios básicos; el desempleo y la restricción a los derechos laborales; la privatización, encarecimiento y cancelación de servicios públicos, y el incremento de la inseguridad ciudadana.
'Ellas revelan la crisis de los sistemas políticos, la falta de democracia verdadera, el descrédito de los partidos conservadores tradicionales, la protesta contra la corrupción histórica típica de las dictaduras militares y los gobiernos de derecha, el escaso apoyo popular a las autoridades oficiales, la desconfianza en las instituciones y en el sistema de justicia', apunta el texto
Cuba señaló que en esos países se protesta igualmente contra la represión policial brutal, la exención de responsabilidad penal a los represores, contra el empleo de armas de guerra y antimotines causantes de muertes y lesiones graves y el asesinato de líderes sociales, guerrilleros desmovilizados y periodistas.
Reafirmó también su compromiso con los principios de soberanía, no intervención en los asuntos internos de otros Estados y el derecho de cada pueblo a elegir y construir libremente su sistema político, en un ambiente de paz, estabilidad y justicia; sin amenazas, agresiones ni medidas coercitivas unilaterales.
Y convocó, en ese sentido, a cumplir los postulados de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
El gobierno cubano ratificó que seguirá trabajando en el camino de la integración de Nuestra América, que incluye la realización de todos los esfuerzos para que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), pronto presidida por México, continúe promoviendo los intereses comunes de nuestras naciones mediante el fortalecimiento de la unidad dentro de la diversidad.
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