Revista Opinión

Increíble ¡un Papa Mujer!

Publicado el 07 octubre 2018 por Carlosgu82

¿Sabías que existe una leyenda acerca de un misterioso papa mujer llamado “La Papisa Juana”? Pues sí, los relatos dicen que su nombre real fue Johanna, y nació cerca del año 822 D.C. en Ingelheim am Rheim, esto es en Alemania. Johanna había sido hija de un monje católico y creció en un ambiente estrictamente eclesiástico, donde la mujer no tenia derecho alguno a la educación por lo que a temprana edad decidió cambiar su identidad haciéndose pasar por un hombre llamado “Johannes”,  de esta manera pudo continuar su formación educativa y aprender el idioma griego, por lo que tuvo la capacidad de leer la Biblia (ya que para la época no tenia traducciones a otros idiomas); mas tarde Juana ingresó al catolicismo como monje copista (reproducía libros a mano), pues solo su posición religiosa le permitiría realizar estudios de mayor relevancia.

La papisa Juana bajo el nombre de Johannes, emprendió muchos viajes, fue así como visitó diferentes monasterios, conoció a la reina Teodora de Constantinopla, viajó a Atenas donde se convirtió en una erudita y  llegó a la corte del Rey Carlos El Calvo, en Germania.

En el año 848 D.C. volvió a Roma donde se dedicó a la enseñanza, siempre ocultando con mucha discreción su verdadera identidad. Fue muy bien recibida por todos los miembros del clero por reputación como erudita, del tal manera que fue presentada al papa León IV e inmediatamente se convirtió en su secretaria de asuntos internacionales. Al morir el papa León IV, Juana se hizo elegir como su sucesora y asumió el papado en el año 855 D.C. Algunas leyendas afirman que la papisa Juana fue el mismo Benedicto III, por otra parte se dice que se trato del mismo Juan VIII.

Tiempo después Juana quedó embarazada luego de haber fornicado con un embajador llamado Lamberto de Sajonia y queriendo ocultar su embarazo desconocía totalmente su tiempo de gestación.

La papisa Juana en su alumbramiento.

Representación de la edad medieval.

Se relata que un día cuando se hacía una procesión desde la basílica de San Pedro a Letran, en un callejón entre el coliseo y la iglesia San Clemente, la papisa tuvo contracciones que la llevaron a dar a luz en aquel lugar, los presentes furiosos por la infamia ocurrida tomaron piedras y las arrojaron hasta matarla, en ese mismo lugar fue enterrada, durando así en el papado tan solo dos años, siete meses y cuatro días; de allí en adelante la iglesia católica estableció el ritual de examinar manualmente a los aspirantes al papado a través de una silla perforada para confirmar su sexo masculino, si todo era correcto el responsable del examen (quien también debía ser un miembro del clero) debía exclamar “¡Duos habet et bene pendentes!” esto es “¡Tiene dos y cuelgan bien!”.

No obstante, a pesar de las afirmaciones de un grupo de historiadores sobre la existencia de “La Papisa Juana”, se considera una leyenda por dos razones fundamentales:

1. No hay algún registro histórico que confirme la aparición de este personaje, además no es posible que no haya sido detectada por algún historiador de renombre entre los siglos X y XIII.

2. En la historia del papado no hay lugar donde pueda encajar dado que las fechas que dicta la leyenda no concuerdan.


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