BRANDON BOYD EN MADRID. FOTO: LIVE NATION
Fecha: 25 de agosto de 2018
Lugar: La Riviera
Incubus se reivindican como clásicos con entradas agotadas en La Riviera madrileña
Puede que no sea Incubus uno de esos grupos extremadamente punteros que aparecen (de vez en cuando) en los telediarios, pero es indudable su predicamento y su huella en todos aquellos que descubrieron la música a finales de los años noventa. Tanto es así que sus seguidores agotaron en un abrir y cerrar de ojos las casi 2.000 entradas para su concierto de este sábado 25 de agosto en La Riviera madrileña.
Comandados por el poderoso carisma del vocalista Brandon Boyd, los californianos supuestamente presentan en esta gira su octavo álbum, titulado sencillamente 8, aunque en realidad su repertorio es un completo viaje por toda su discografía ya desde el primer momento, pues abren la velada con Privilege, canción de arranque de su tercer álbum, aquel Make yourself que les puso definitivamente en el mapa en 1999.
Dos canciones ya del siglo XXI, Anna Molly y la muy épica Megalomaniac, apuntalan la propuesta mientras el sonido encuentra su acomodo en la no siempre fácil sala de las dichosas palmeras. Los fans de las primeras filas, apostados a las puertas desde la mañana, establecen comunicación directa con los músicos con Kiss to send us off, State of the art -primera de las dos canciones de su último disco que sonaron en la noche-, los guitarrazos de Circle y Echo.
Incubus acalorando La Riviera madrileña. Wish you were here pic.twitter.com/rYz8ZlXJoc— Mercadeo Pop (@mercadeopop) 25 de agosto de 2018
Gustosos a velocidad de crucero, sin grandes estridencias y dejándose fluir, el rock alternativo de Incubus alcanza su máxima expresión en Pardon me, uno de los himnos que les encumbraron y que fue vehemente coreado en La Riviera. Sick sad little words dio paso después a No fun, segundo acercamiento de la velada al más reciente álbum de la banda, igualmente coreado como para pensar que no todo es aún nostalgia por estos lares.
Un poquito de 'baladeo rockero' con Love hurts como preludio de Absolution calling y la sorpresiva versión del Wicked game de Chris Isaak. Desde ahí, nueva referencia muy pretérita con Calgone, a la que sigue otra versión del Need you tonight de INXS antes del derroche físico de Nice to know you y el gran éxito Wish you were here, encadenado casi por obligación con los acordes de la vieja canción de Pink Floyd del mismo título. Se cierra así la parte central del recital, aunque aún hay tiempo ara un bis
Los coros del público durante la pausa llevan al grupo a un divertido interludio con el Seven nation army de The White Stripes, llegando incluso el vocalista a cantar la primera estrofa. Cosas de las multitudes. Punch drunk retoma a la banda sobre el escenario, ya desde hace tiempo con el vitoreado Brandon Boyd sin camiseta encantado de la vida en su papel de chamán atemporal por el que apenas pasan los años. Y luego Drive, el himno de la noche, pone a todo el público con las manos en alto y chapurreando cada cual el inglés a su manera.
La guinda final la pone A crow left of the murder, tema titular de su disco de 2004 por el que muchos de los presentes estaban esta noche congregados en la capital. Seis años después de su anterior visita para actuar en el Rock in Rio de Arganda del Rey, Incubus volvieron a convencer gracias a un repertorio amplio que les ha convertido en clásicos para toda una generación. La de treinteañeros y cuarentones que se pegó el homenaje en la noche de este sábado a orillas del Manzanares.