Parece imposible que entre la costa norte de España en el Cantábrico y la costa sur del Reino Unido en el Canal de la Mancha hayan menos de 1.000 kilómetros, porque a nivel mental parecen países de dos planetas muy distintos y muy, muy lejanos uno del otro.
Aparte la actuación democrática y civilizada del gobierno del Reino Unido pactando un referéndum y convenciendo a una mayoría de escoceses que les interesaba seguir siendo británicos, desde que se inició lo que en Madrid llamarían el desafío independentista escocés, nadie en el Reino Unido, ni por escrito en periódicos, ni de palabra por radio o televisión ha descalificado o insultado en lo más mínimo a los desafiantes o a los escoceses en general, nadie ha inventado ilegalidades o prohibiciones en base a leyes que no existen o se aplican según interesa, nadie en el gobierno de Londres y antes de cualquier convocatoria a las urnas en Escocia ha filtrado posibles delitos de los lideres escoceses o iniciado acciones policiales que después de la votación han quedado en nada, nadie ha empleado términos insultantes o despreciativos para referirse al proceso, ni a instituciones ni a partidos ni a personas implicadas, nadie ha acusado a los nacionalistas escoceses de partir el país en dos, nadie ha calificado el hecho como atrocidad, desatino, dislate, delirio, disparate o desvarío, nadie ha calificado el hecho como nazismo o fascismo, nadie ha afirmado que la Escocia independiente será una Albania del siglo XXI o vagará por el espacio exterior aislada del mundo, ningún británico ha pitado o abucheado a un deportista escocés ni tan solo al tenista Andy Murray, escocés que hizo campaña a favor del sí en el referéndum, y nadie ha hecho nada parecido ni de lejos a la larguísima lista de improperios, insultos, ofensas, barbaridades, gilipolleces, y comentarios esperpénticos que han practicado TODOS los medios de comunicación, y TODOS los políticos españoles de fuera de Catalunya, y algunos en Catalunya, con solo honrosas pero poquísimas excepciones, referidos al independentismo, a Catalunya y a los catalanes.
Lo que más me sorprende de la inmensamente estúpida y totalitaria postura española frente a la independencia de Catalunya es que con la cantidad de barbaridades demenciales que se han llegado a hacer y decir, que han alcanzado ya al extremo que no se pueden soltar más barbaridades porque no las hay, con las toneladas y toneladas de papel que se han escrito en su muy mayor parte con opiniones desquiciadas, nadie, absolutamente nadie se ha interesado en lo más mínimo por enfocar con lógica el problema: primero analizar sus causas y después intentar anular o modificar dichas causas para dar solución al problema.
Nadie en absoluto en el resto de España se ha interesado lo más mínimo por las razones del tremendo contraste entre los cuatro gatos mal contados que sumaban los independentistas en Catalunya hasta la fecha del año 2000 en que José Maria Aznar ganó las elecciones por mayoría absoluta y los millones de independentistas de hoy en día, nadie se ha interesado por esclarecer el porqué desde entonces, con un breve paréntesis en el 2006 con el Estatut, paréntesis que se cerró muy pronto gracias al PP con la colaboración del PSOE, los independentistas catalanes no han parado de crecer y crecer hasta alcanzar cifras de millones.
Da toda la impresión de que en Madrid están convencidos que este descomunal aumento del independentismo en Catalunya ha aparecido por generación espontanea, y no tiene nada que ver con los continuos y duros ataques a la lengua y la cultura catalanas, al intento de destruir el sistema educativo catalán, a la discriminación en cuanto a inversiones, subvenciones a la cultura, e infraestructuras, y tampoco tiene nada que ver con la asfixia financiera provocada y planificada que padece Catalunya, y si alguien no está de acuerdo con este último comentario que explique cómo puede ser que una CCAA que ha hecho barbaridades, pero no más que otras y más bien bastantes menos que varias, que tiene el mayor volumen de PIB en valor absoluto y el tercero por habitante, que es de largo la CCAA que más exporta y más turismo recibe, que es la que tiene menos funcionarios y gasto de administración pública por habitante, que es la primera que empezó a recortar gastos dos años antes de que lo hiciera el resto del país, que es la que tiene un mayor porcentaje de origen industrial en su PIB, que además ha transformado la industria, sin molestar y sin ayuda de nadie, en un proceso iniciado antes y continuado en plena crisis, pasando de industria tradicional a industrias de futuro como la biotecnología, como puede ser que una CCAA como esta sea el desastre financiero del país que le debe dinero a todo el mundo, y por favor no lo achaquen a embajadas y a subvenciones al independentismo porque es un chiste malísimo. Seguramente la razón debe ser que los catalanes no sabemos administrarnos y que Mas Collell es profesor de economía de Harvard pero en administración pública no les llega a la suela del zapato a Esperanza Aguirre, Alfonso Núñez Feijóo o Susana Díaz.
Si a todas estas razones añadimos el incumplimiento sistemático y prepotente del gobierno central de todos y cada uno de los acuerdos con Catalunya empezaremos a vislumbrar los motivos del desmesurado aumento del independentismo en Catalunya desde el 2000 hasta hoy, que se explican con una sola palabra: Hartazgo, hartazgo de España y de su gobierno.
Si en Madrid llevasen a cabo un análisis de este tipo, en vez de inventarse y publicar mamarrachadas, podrían llegar a la conclusión de que es lo que debe hacerse para aminorar y quizás dar solución al problema catalán y conseguir que los independentistas no vuelvan a ser cuatro gatos, porque ya es imposible, pero que supongan un porcentaje no decisivo en la opinión pública catalana. Pero una actuación cargada de lógica como esta es imposible en la España de siempre. En el Reino Unido están gestionando el problema sin barbaridades y correctamente porque son un país democrático y civilizado en el que una de las normas básicas más importantes es respetar la opinión de todo el mundo y lo importante es convencer y no insultar. La actuación en el caso del independentismo catalán demuestra claramente que España es exactamente lo contrario, no es un país ni democrático ni civilizado en que todavía imperan los métodos totalitarios, y lo mejor y lo único que saben hacer con alguien que no opina igual que ellos es mandarlo a la mierda, porque ellos no se equivocan jamás de los jamases, y quien nunca se equivoca no tiene porque rectificar ni respetar la opinión de un imbécil que tiene la desfachatez de pensar exactamente lo contrario de ellos.
Por cierto, la totalmente desenfocada visión española del problema lleva varias semanas acusando en exclusiva a Mas y a todos los independistas de la falta de dialogo, y con una hipocresía grotesca aconsejan dialogo a Catalunya cuando quien se ha negado en redondo al más mínimo nivel de dialogo y bien desde el principio con la primera visita de Mas a La Moncloa para que le diesen con la puerta en las narices, ha sido clarísimamente Rajoy, y aunque alguno ha habido, muy pocos han aconsejado diálogo al Presidente del gobierno, que es exactamente quien lo ha impedido a lo largo de todo el proceso, y como que yo preferiría un final pactado al problema, me temo que si después de las elecciones generales el país tiene la inmensa suerte de librarse del inútil de Rajoy y tenemos un gobierno mínimamente decente con un Presidente que no se esconde, probablemente el tiempo de la solución pactada ya se habrá consumido.
Por cierto, creo que Rajoy va esta semana a Alemania a ver a Merkel para que le imponga una medalla de buena conducta y le felicite por su brillante labor al salvar el país de la catástrofe económica. Me imagino que cuando lo hagan los funcionarios y periodistas que estén en la reunión tendrán terminantemente prohibido mencionar y quizás ni tan solo pensar en que en tasa de paro, índice de pobreza, y grado de desigualdad España alcanza cifras de record cercanas al doble del promedio de la U.E. y muy cercanas a las de Grecia que ocupa el primer lugar. También va a visitar a Cameron, aunque no creo que aprenda nada. Parece ser que le interesa la conclusión a la que llegaron sobre la permanencia o no de la Escocia independiente en la U.E., pero lo que seguro que Rajoy no se anotará es que Cameron manifestó en su día que si la Escocia independiente necesitaba el apoyo del Reino Unido para permanecer en la U.E. su gobierno los apoyaría.
Como que tiene algo que ver con el tema de esta nota, os adjunto un artículo del historiador Joan B. Culla publicado en la edición de Catalunya de El País del 28 de Agosto, en que mucho mejor que yo explica algo que comenté al final de mi nota del 23 de Agosto: que muchas de las críticas a la lista de “Junts pel si” son tan absurdas que en vez de perjudicarles muy probablemente acabarán beneficiándoles.