Justamente cuando el rey de España Felipe VI subió a la tarima y se disponía a iniciar su mensaje como parte del plenario inaugural del VII Congreso de la Lengua Española (CILE), el militante independentista Pedro Muñiz interrumpió al monarca y pidió la liberación del preso político puertorriqueño Oscar López Rivera, quien lleva más de 30 años tras las rejas en EEUU.
"¡Justicia para Oscar López Rivera, libertad para Oscar López Rivera!", gritó Muñiz, quien se había subido a una de las tarimas de la cadena WIPR subrepticiamente, mientras todos los ojos estaban puestos en el rey, quien ya se disponía a hablar, cuando fue interrumpido.
Felipe VI se mantenía seguro y tranquilo mientras Muñiz daba su propio mensaje, breve.
El simpatizante independentista no fue intervenido por el Servicio Secreto, sino que apenas terminó, y cuando se acercaba la seguridad, bajó de una de las tarimas dispuestas para WIPR, cuyo camarógrafo ni siquiera se inmutó ante la presencia y gritos del manifestante.
Muñiz, muy elegante con su traje, levantó un poco los brazos, como diciendo ya terminé, ya me voy, y caminó con paso de prisa hacia las puertas laterales de salida, vigilado por la seguridad, que no intervino físicamente con el activista, al menos en presencia del rey y de los cientos de presentes, que no mostró sorpresa, ni temor, según se pudo apreciar.
Muñoz pertenece a una familia muy conocida del entretenimiento y los medios de comunicación.
El activista ha sido igualmente muy vocal en sus luchas, pero no se le conoce por ser violento, aunque sí muy firme en sus convicciones.
Por otro lado, apenas minutos antes, uno de los oradores de la mañana, el escritor puertorriqueño Luis Rafael Sánchez había aludido precisamente a López Rivera como el prototipo del "hombre de acción".
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