La rosa para mi es la reina del jardín, no puedo entender un jardín en el que no hay ningún rosal, soy un enamorado de las rosas.
La poda es uno de los aspectos más importantes, junto con el abonado, para tener una buena floración y prevenir enfermedades.
La poda se debe realizar en invierno, dependiendo de los fríos de la zona, podemos podar al principio del invierno o al final, si tenemos peligro de heladas.
Los rosales son unos arbustos muy agradecidos, y admiten casi cualquier tipo de poda. Se pueden usar tres tipos de poda, ligera, moderada y severa, depende de lo corto que se dejen los brotes y la cantidad de brotes.
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Yo soy partidario de una poda moderada, y cada jardinero tiene su propia opinión y método, incluso si el rosal es de una variedad distinta se adaptará mejor a un tipo de poda u otro. Voy a enumerar unos sencillos pasos que se pueden adaptar a la mayoría de rosales:
Primero empezamos por eliminar todas las ramas muertas, enfermas o congeladas. Eliminar las zonas marrones, hasta llegar a la zona sana.
Continuamos cortando todos los tallos que crecen hacia dentro, para que la planta disfrute de más luz y aire durante el verano, evitamos ataques de hongos.
Eliminaremos los tallos de aspecto débil, nunca van a ser fuertes y florecer bien, hay que tratar de cortarlos cerca de la base.
Tenemos que quitar los tallos que se entre cruzan, para evitar roces, dejando el tallo más fuerte.
Debemos cortar en bisel por encima de una yema latente, cerca pero no en exceso. Cortar en bisel es para que el agua no se quede en los cortes, evitamos que se pudran y ataques de hongos.
Estas recomendaciones sirven para la mayoría de los rosales, solo hay que hacer una excepción, en los rosales trepadores y de enredadera de floración única, que se podan después de que se marchitan sus flores. Los rosales trepadores de floración continua, se deben podar después de la primera floración.
Estos rosales, suelen tener brotes que crecen fuertes cada verano desde la base. No se trata de chupones, son ramas que debemos cuidar, pues cuando las ramas principales empiezan a florecer con menor intensidad, hay que cortarlas y sustituirlas por estos brotes.
Estas son unas reglas bastante genéricas, pero que nos pueden servir para tener unos rosales sanos en nuestro jardín.