sabes que te piensan,
por un agudo pitido en los oídos.
porque de tus manos,
cae el vaso de café,
absurda, torpemente.
en el patio, entra la luz como una llamarada
y un gorrión panzudo, se hace dueño de la hierbabuena.
son todo indicios,
sabes que te piensan.
presientes que alguien espera.
que alguien, pronuncia tu nombre como propio.
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