Indignado contra ‘els indignats’

En un estado democrático la defensa de la convivencia es una máxima que nunca se debería perder. Aceptar la libertad de opinión y expresión debe ir unida a la defesa de los principios democráticos que nos rigen, establecidos en la Constitución.
Ya se ha visto como el movimiento de los ‘indignados’, inicialmente unido a la no violencia, se ha visto superado por grupos radicales de incontrolados que subvierten el planteamiento original. Ayer, se traspasaron las líneas rojas.
Nos deberíamos preguntar ¿Hacia dónde nos conduce esta desazón social? Aunque muchos ciudadanos puedan sentir cierta sintonía con los manifestantes, no se vislumbran los objetivos que éstos persiguen. A diferencia de otros movimientos sociales de este siglo (‘No al trasvase del Ebro’ o ‘Nunca Mais’) los fines en este caso son difusos sin claridad de a dónde nos puede llevar esta escalada.