¿indignados con el mundo…o con nosotros mismos?

Ayer, en mi paseo vespertino diario después de trabajar, tuve oportunidad de presenciar una asamblea de indignados en mi barrio, en Barcelona. Pienso que este movimiento espontáneo, ya universal y popular tiene su razón de ser! El mundo nuestro hay que cambiarlo, pues, día a día, van evidenciándose sus irregularidades, sus corruptelas y su tóxica manera de funcionar… y de aplastar al ser humano! No obstante también pienso si todo esto llegará a buen puerto, si ese cúmulo de personas inquietas serán -¿o seremos, todos?- capaces de producir ese cambio tan necesario en nuestro tóxico, autodestructivo e inhumano Sistema. Escuché mociones de personas de toda edad, sexo y condición, aunque encontré a faltar personas que, como yo mismo, navegamos por ese mismo mundo, aunque intentamos cambiarlo desde dentro!

Y es que, frente al mundo nuestro y, por extensión, en nuestra vida, hay que cambiarlos desde dentro… de uno mismo y del propio Sistema! Aunque también es verdad que cuando uno se siente confortable y seguro -aunque sea angañándose a sí mismo- es difícil tener y sentir la necesidad del cambio, para mejorar! Si no tienes nada que perder, si no te hallas inmerso en la complacencia, cualquier cambio vale! La rebeldía es una actitud en la vida, una manera de pensar, sentir y actuar en nuestro día a día! No hace falta que sea inducida desde fuera ni estructurada por alguien más! Yo siempre he sido rebelde, ante la injusticia, la insolidaridad y la falta de amor en ese mundo nuestro y en mi propia vida! Y eso me ha hecho siempre avanzar y aprender a amar!

Pero la rebeldía, como ya he dicho, empieza por uno mismo y su síntoma más evidente es cuando te niegas a renunciar a tus derechos, a tu manera de ser, sentir y de actuar frente a ti mismo y a terceros. Pero, lamentablemente, muchas veces esta rebeldía pública y notoria de algunos es inconformismo con lo que uno vive solo fuera, por cierto, fruto de conflictos internos de cada uno de nosotros, que nos invitan a buscar culpables a nuestro propio desorden o incoherencia personal! El mundo es solo un espejo de cada uno de nosotros! Por ello, la confrontación que eso provoca es, precisamente, lo que provoca que nuestro mundo sea como es! Me da igual que la confrontación permanente con uno mismo o con la sociedad que nos rodea la provoque una situación concreta y evidente! Este mundo nuestro está regalándonos continuamente razones y más razones para despertar en nosotros la adversión, el miedo y/o la confrontación, tanto a nivel personal, familiar, como social!

Pero cualquier cambio, ya sea personal o colectivo, para ser firme y duradero, exije de nuestro compromiso íntegro y personal! Si el motor de ese cambio es tan solo el conflicto interno, solo provocará más conflicto, nunca una solución! La paz interior, en cambio, siempre provocará paz! Hay personas que hacen de su conflicto personal una bandera! Muchas veces porque son incapaces de buscar la coherencia interna en sus vidas y siempre es más fácil diluír su incoherencia en la incoherencia global! Y ya se sabe, como en la vida misma, la soledad dolorosa de dos personas juntas, solo puede generar soledad al cuadrado, nunca compañía… así como una persona incoherente con otra persona incoherente no crean coherencia, sino incoherencia al cuadrado!

Me sorprende ver en lo humano esa delegación en los demás de nuestros propios anhelos personales, esperanzas y nuestros propósitos hacia la felicidad! Todos ellos son derechos personales, que dificilmente serán resueltos ante, con o frente los demás! Y digo “frente” porque, en demasiadas ocasiones, cuando hay conflicto interno y miedo a cambiar, el otro se convierte en nuestra amenaza, en nuestro rival, en alguien que nos priva de ser quienes somos y sentir lo que sentimos… y no siempre es verdad!

Pero tampoco creo en la revolución solo personal, anónima y aislada de los demás! La felicidad, aunque brote desde dentro de nosotros, no puede ser algo individual, independiente y sin compartirla siempre con los demás! Felicidad más felicidad, entonces sí es felicidad al cuadrado!

Los demás son siempre oportunidades para mejorar! En lo personal, para ser feliz y, en lo colectivo, para reencontrar la armonía total… y recobrar la humanidad! No sé, particularmente y en general, encuentro a faltar compromiso de cada uno ante nuestra propia vida personal apostando por la armonía interior y la felicidad,  así como, en lo general, propuestas positivas para cambiar y mejorar el mundo, dejando de sentirnos amenazados y creando solo enemigos, tanto en lo personal como en lo mundanal! El cambio personal solo puede basarse en la coherencia, armonía interna -llámale paz y amor- y compartirlo en los demás! Así como, en lo colectivo y social, el cambio llegará junto a propuestas positivas, solidarias, responsables y concretas para cambiar nuestro imperfecto mundo!

Las personas necesitamos primero cuestionarnos sin miedo y luego cambiar nuestra manera de pensar, sentir y vivir nuestra propia vida, para ser felices de verdad! El mundo necesita primero cuestionarse sin miedo y luego aplicar honestidad, ética, humanidad para cambiar nuestros paradigmas caducos y, por fin, lograrlo mejorar! ¿No será el miedo al cambio el único denominador común entre lo de dentro y lo de fuera, entre nuestro desarrollo personal y la mejora mundial?

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