Revista Salud y Bienestar

Indignante historia de Piérola y los Prado (II)

Por Lemalpartida
Continuamos con este texto referente a la discutida actuación de Piérola  y Prado, en la guerra con Chile.
Es necesario subrayar cómo las críticas van dirigidas a desenmascarar a "líderes" que, favoreciendo al enemigo, pelean en contra de nuestro ejército.
En este escenario, se dio la batalla de Tacna o del Alto de la Alianza, los chilenos avanzaron desde el norte con 18 mil soldados y 1200 jinetes de caballería, con numerosa artillería manejada magistralmente por los artilleros ingleses. Los peruanos que estaban aliados con Bolivia opusieron 6500 peruanos y 3000 bolivianos, sin caballería y con 12 piezas de artillería.

Indignante historia de Piérola y los Prado (II)

Batalla de Tacna o del Alto de la Alianza

El llamado ejercito de Arequipa que había salido de Arequipa hacia dos meses antes, al mando del Coronel Leiva, con 2000 soldados, para unirse al ejército de Tacna, jamás llego, avanzó tan lentamente que el día 26 de mayo día de la batalla, se encontraba en Mirave a 130 kilómetros de Tacna, de donde regreso a Arequipa, naturalmente este mal coronel no llego a su destino por ordenes de Piérola que era su amigo y coterráneo, ambos eran de Arequipa.
A pesar de la tremenda diferencia de fuerzas el encuentro fue horriblemente parejo, sobresaliendo el batallón Zepita al mando de Cáceres, y por el lado boliviano, los Colorados hicieron honor a su fama de aguerridos. Ante el tremendo empuje de valor y coraje aliado, el chileno empezó a retroceder y parecía que la victoria sería aliada, los batallones chilenos retrocedían y estaban a punto de entrar en pánico, a pesar de que los oficiales de ese ejército sableaban a los que daban la espalda. Sobre este momento, Vicuña Mackenna escribe: "Los batallones chilenos retrocedían y parecía que iban a entrar en pánico, en ese momento la suerte de Chile pendía de un hilo".

Indignante historia de Piérola y los Prado (II)

Andrés Avelino Cáceres, el Brujo de los Andes

Y lo que decía este historiador era cierto, porque Chile había invertido todo lo que tenia en esta batalla y si la perdía, simplemente perdía la guerra, porque les hubiera sido imposible volver a formar otro ejercito. Pero fue en esas circunstancias que se detuvo el avance peruano, lo que había sucedido era, que se habían agotado las municiones, entonces lo chilenos volvieron a la carga y a nuestros compatriotas no les quedo mas que batirse a bayoneta. Se perdió la batalla de Tacna y con ello la oportunidad de salvar a la nación, todo por la traición de un cucufato que se creía Dios, que servía al enemigo, Chile. La derrota del ejercito de Tacna, agobió al pueblo peruano, muchas lagrimas corrieron, cuando se difundió la noticia, sin embargo en palacio de gobierno en Lima, hubo fiesta.

Indignante historia de Piérola y los Prado (II)

Francisco Bolognesi y Oficiales del Ejército Peruano, en Arica

El 28 de mayo de ese mismo año, dos días después de la batalla, se publicó en el diario oficial del gobierno de Piérola, llamado La Patria, un editorial que empezaba con las siguientes palabras: “Hace dos días atrás fue destruido en Tacna, el ultimo reducto del corrupto régimen anterior", se refería a los mártires del Alto de la Alianza, que todo el Perú lloraba. A ese punto llego la insania mental de este dictador al servicio de Chile, en el peor momento de la historia del Perú.
Pasaron los meses y el ejercito invasor comenzó a desembarcar en las cercanías de Lima, todos los militares conocedores de su oficio le recomendaban salir al encuentro de esas tropas chilenas que estaban desembarcando para batirlas por separado impidiendo que puedan concentrarse, el diario El Comercio, en sus artículos y editoriales también exigía eso, sin embargo Piérola reacio a todo consejo, permaneció inmóvil permitiendo que los chilenos tranquilamente desembarcaran y se trasladaran a Lurín. En el fondo no quería delegar a nadie el mando del ejército, tampoco quería dejar Palacio de Gobierno, por eso decidió esperar al ejercito de Chile, en las puertas de Lima.
Así llego el 13 de enero de 1881, en San Juan se dio el primer encuentro del compacto ejército chileno apoyado por su escuadra, contra un ejercito peruano totalmente mal dirigido por un egocentrista pechoño, como era Piérola. Naturalmente el resultado no pudo ser bueno para los peruanos, que tuvieron que retroceder hacia la segunda línea, colocada en Miraflores.

Indignante historia de Piérola y los Prado (II)

Batalla de San Juan

Terminada la batalla de San Juan, la soldadesca chilena se desbando y comenzaron a saquear las residencias de Chorrillos y cercanías, donde había muchas bodegas de vinos y otros licores, productos que los soldados mapochinos comenzaron a beber en forma desenfrenada, mientras le prendían fuego al pueblo.
Preocupado el General Baquedano, comandante en jefe del ejercito chileno, le pidió una tregua a Piérola, cosa que este acepto inmediatamente, naturalmente que tenia que ser así, Piérola, no podía permitir una debacle del ejercito chileno. En la noche mientras el fuego consumía las casas y residencias y los chilenos se mataban entre si y otros dormían en las calles o deambulaban totalmente embriagados por el alcohol, se presentó, ante el dictador peruano, el Coronel Cáceres, para pedirle permiso y atacar con su batallón de dos mil hombres a los chilenos en la absoluta convicción que con esa acción terminaría con el ejercito chileno que se hallaba desbandado y borracho y con ello se ganaría la guerra. Naturalmente, Piérola le negó el permiso, aduciendo que le había dado su palabra al comandante chileno de que no atacaría, una prueba más de que este hombre, servía a Chile y amenazó fusilar a Cáceres y sus subordinados de atacarlos.

Indignante historia de Piérola y los Prado (II)

Oficiales del batallón Nro.2 de la Reserva, combatieron en el primer reducto

Naturalmente, cuando ya a los chilenos se les paso la borrachera y se reagruparon, se olvidaron de la tregua y empezaron el ataque contra la segunda línea defensiva que estaba en Miraflores esto ocurrió a medio día del día 15 de enero. Las mal distribuidas fuerzas peruanas poco pudieron hacer y a Piérola, el comandante en jefe, no se le vio dar ni una sola orden y cuando ya todo estaba consumado, se retiro del escenario hacia Lima y para no dejar inconclusa su obra contra la Patria, ordeno a todos los soldados depositar sus armas en el cuartel Santa Catalina. Por esta acción, los chilenos, cuando ocuparon Lima, encontraron 15 mil fusiles en el mencionado cuartel. Piérola, después de haber dado esta última orden, huyo a la sierra, pero después de algunos años volvió a la escena política y como es normal el mal de amnesia de nuestro pueblo, fue hecho presidente nuevamente.
Esta es la historia del accionar de Piérola en la etapa de la guerra con Chile, sus actos de flagrante traición a la Patria, deberían haberlo sepultado bajo un montón de tierra, sin embargo, su nombre figura en plazas, calles, clubes, billetes de moneda y otros sitios que debieran estar reservados para hombres que honraron a la nación.

Volver a la Portada de Logo Paperblog