Indignantes VS Ex-Indignados con ilusión

Actualmente estamos viviendo una oportunidad única. Dos mundos paralelos, como en la película Mátrix. Uno es el mundo convencional, el de “siempre”, que intenta mantener los arcaicos paradigmas de un Sistema que se agota y se derrumba cada día más, fruto de su imperfección solo humana, sus vicios ocultos (o ya no tanto) y de sus corruptelas, donde el poder y la riqueza lo son todo. El otro, es un mundo que ansía recuperar los valores humanos y esos nuevos paradigmas que, día a día, son revindicados por las víctimas propiciatorias del viejo Sistema y que abogan por un mundo mejor, basado en el ser humano…

Ambos son mundos humanos, pues en el ser humano siempre hay luces y sombras, por igual. Y somos nosotros los ciudadanos de este mundo quienes podemos inclinar la balanza hacia un lado o hacia el otro. Eso es siempre posible gracias a la libertad. En todo momento y decisión a decisión, permitimos que sean las luces o las sombras quienes dominen nuestra vida ordinaria… Y, ni que decir tiene, que dependiendo de qué venza en esa rebelión interna y constante, hará que nuestra vida sea de una manera u otra. Y la suma de la vida de cada uno de nosotros hace que el mundo exterior sea mejor o peor, dominado por la luz o por la sombra…

Esa es, precisamente, nuestra responsabilidad personal e instransferible y nuestra mayor aportación a nuestro mundo. Quizás la única, pues a la vez es el sentido de nuestra personal existencia en este lugar de paso que es nuestra vida. El día en que asumes esa responsabilidad y entiendes que tu actitud en la vida determina en gran medida lo que sucede a tu alrededor, hallas tu papel en este mundo. Si permites que sea la luz quien domine tu vida, proyectas tu luz en todo lo que te rodea, ya sea en tus relaciones humanas o en tu propio trabajo, como profesional.

Continuará…