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¡Indignaos!

Publicado el 17 abril 2011 por Martikka
¡Indignaos!
¡Indignaos!
En Francia, en Estados Unidos, en Brasil, en México, en el corazón de Europa, en España…
Desde que se publicó el 20 de octubre de 2010, el libro titulado “Indignez-vous!”, de Stéphane Hessel , ha alcanzado una tirada record de 1.000.000 de ejemplares, convirtiéndose en un auténtico fenómeno editorial. La editorial ha recibido solicitudes de traducción de todo el mundo: Alemania, Polonia, Grecia, Gran Bretaña, España, Portugal, Turquía, Líbano, Corea del Sur o Japón.
Stéphane Hessel, su autor es un hombre de 93 años, antiguo combatiente de la resistencia francesa, superviviente de los campos de concentración de Buchenwald y Dora, uno de los redactores en 1948 de la Declaración de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, embajador de Francia y Comendador de la Legión de Honor, intensamente comprometido en la defensa de los sin-papeles en Francia, y en la creación de un Estado palestino en Oriente Próximo.
(Entrevista al Sr.Hessel en La Vanguardia: "Morían antes los egoístas que los altruístas")
El mensaje que Stéphane Hessel nos dirige no admite dudas:
La indiferencia es la peor de las actitudes
¡Indignaos!… Cuando algo nos indigna nos sentimos comprometidos y entonces, nos convertimos en militantes
* Hay una amnesia generalizada de la sociedad, despreocupada del desastre ecológico planetario, haciendo especial énfasis en la falta de rumbo y en la pérdida del sentido de los dirigentes políticos por su apoyo a los grandes consorcios bancarios y corporaciones multinacionales, en detrimento de los ciudadanos, en un momento en que la crisis está acabando con el bienestar social en Europa.Tenemos unos gobiernos que son manipulados por el poder del dinero y que no hacen el trabajo que habría que exigirles que hagan en favor de mayor justicia. Tenemos muchas razones para estar indignados.
* Hay una diferencia radical entre lo que es legal y lo que es legítimo. Y cuando algo parece ser legal y nos parecen ilegítimo, es preciso que allí donde sea tengamos el mismo reflejo que tuvimos en el tiempo de Vichy para decir: la legalidad no nos concierne, ¡nos resistimos! Es la legitimidad lo que nos importa a nosotros! Y así, cuando hay valores legítimos y que no son aplicados legalmente, se debe saber desobedecer…
* ¿Por qué tenemos que soportar las cosas que aborrecemos? En este mundo hay cosas insoportables. En primer lugar: la naturaleza del sistema económico responsable de la actual crisis devastadora. La dictadura de los mercados internacionales constituye una amenaza para la paz y la democracia. Nunca el poder del dinero fue tan inmenso, tan insolente y tan egoísta, y nunca los fieles servidores de Don Dinero se situaron tan alto en las máximas esferas del Estado. La brecha entre los más pobres y los más ricos jamás ha sido tan profunda; ni tan espoleados el afán de aplastar al prójimo y la avidez por el dinero.
* Deseo que halléis un motivo de indignación. Eso no tiene precio. Porque cuando algo nos indigna nos sentimos comprometidos y entonces, nos convertimos en militantes.
* Hace un llamamiento a una insurrección pacífica, en especial a los jóvenes para rescatar los verdaderos valores, oponiéndose a todo tipo de totalitarismos y dictaduras. Y a rescatar la verdadera democracia, a exigir independencia a los medios y enfrentarse al acoso a la libertad de prensa; a mostrar su enfado ante la desigualdad, la pobreza, o la despiadada dictadura económica de los mercados financieros. * Lo que está siendo cuestionado es la base de las conquistas sociales. ¿Quién controla, quién decide y quiénes son los interesados en esas decisiones descabelladas? Por eso hace falta que nos indignemos cuando percibimos que hay cosas intolerables.
* Y recuerda a Nelson Mandela y a Martin Luther King. Ellos nos indican el camino que debemos aprender a seguir. Porque, para avanzar, sólo existe una conducta: “apoyarnos en nuestros derechos, cuya violación -sea quien sea el autor de ésta-, debe provocar nuestra indignación. ¡No transijamos jamás con nuestros derechos!”.
Fuente: www.caum.es

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