Revista Opinión

Indisciplina social convertida en Thriller político por El Nuevo Herald

Publicado el 04 diciembre 2010 por Norelys @norelysmorales
Indisciplina social convertida en Thriller político por El Nuevo HeraldDenme una foto que nosotros ponemos la protesta contra el Gobierno, parece que le han ordenado los editores a sus corresponsales "independientes" en Cuba, solo que las fotos no se corresponden con lo "informado". Según el mitómano Guillermo Fariñas había 22 carros patrulleros, versión que contradice su misma información al periódico miamense dedicado a manipular la realidad cubana. También concurren al Herald con análisis los "expertos" que configuran la revuelta social política. Curiosamente, en la misma línea, Yoani Sánchez busca en Twitter al "Gorbachov cubano".
Asombra la rapidez con que cierta “prensa internacional” (El Nuevo Herald ABC, Infobae, en este caso) regala "desinteresadamente" el bien pagado espacio de sus primeras planas para divulgar sucesos tan corrientes como la airada protesta de varios cientos de personas congregadas para ver un juego de fútbol en un teatro repleto, al comprobar que transcurridas varias horas, el ansiado espectáculo no llega a la pantalla, reseña desde Santa Clara el periodista Jorge García Sosa.
Y se explica fácilmente, cuando en este hecho (y otros similares) han coincidido dos ingredientes: el suceso ocurre en Cuba (Santa Clara, específicamente) y la versión ha sido propalada a los cuatro vientos por una llamada “prensa disidente” —la fuente preferida por sus editores— deseosa de mostrar “explosiones sociales” (donde no ocurren), y expresiones de descontento popular tan esporádicas y desnutridas, que no alcanzan para justificar los altos salarios devengados.
Indisciplina social convertida en Thriller político por El Nuevo Herald
De ahí, que una vulgar manifestación de indisciplina social, censurable, criticable, e impropia de la educación y la cultura de los habitantes de esta central ciudad cubana, se haya metamorfoseado por obra y gracia de los tergiversadores de siempre, en: “Varios cientos de estudiantes cubanos destrozaron butacas en un teatro y entonaron consignas antigubernamentales luego de que se cancelara la transmisión del partido de fútbol entre los equipos Barcelona y Real Madrid, informaron disidentes el martes”.
Y a continuación, convierten la acción rutinaria de los agentes del orden ante cualquier suceso perturbador de la tranquilidad ciudadana y la disciplina social, en una “fuerte respuesta de las fuerzas de seguridad y de altos funcionarios del gobierno y del Partido Comunista en la ciudad de Santa Clara…”
Así, obra de los periódicos de marras, el mundo conoce los reportes de varios “perseguidos” periodistas independientes, que con oscuros ingredientes transfiguran un caso de indisciplina social en thriller político clase B: “destrozo del cine y sus butacas”, “consignas antigubernamentales”, “fuerte represión del Ministerio del Interior y la Seguridad del Estado”, “detenciones masivas y oscuros interrogatorios”.
Aunque no se ha hecho pública la investigación, por conversaciones y relatos de los presentes he compuesto mi propia versión del suceso. El detonante: un empresario por cuenta propia que creyó hacer el gran negocio, y vendió las entradas para un espectáculo en la gran pantalla del cine Camilo Cienfuegos, a partir de una transmisión en vivo del canal deportivo de la televisión cubana, la cual nunca ocurrió, y ni siquiera estuvo programada.
No se hizo esperar la respuesta airada de los asistentes —fanáticos del fútbol, por supuesto, y no el público ávido del buen cine y de los espectáculos culturales ofrecidos en esa céntrica sala— cuando se dieron cuenta del timo… indisciplina social, gritos airados dentro y fuera del local, y algún daño a la instalación… Interrogatorios e investigaciones, por supuesto, por parte de los agentes del orden y de las instancias administrativas superiores del teatro… La existencia allí, en el propio edificio, del Santa Clara Libre, de una señal de televisión satelital, que permitió a los usuarios de los servicios del hotel el disfrute del espectáculo en vivo, complicaron el problema y matizaron las protestas de algunos.
Pero todo, bien lejos de la “protesta antigubernamental”, la “represión policial y de la seguridad” y de la “multitudinaria muestra de explosión social” en Cuba, con que han vendido al mundo el suceso estos dos adalides de la prensa libre, seguidos, o antecedidos, por los blogueros de siempre.
Al decir de una amiga: “Un autogol del cine Camilo Cienfuegos”, cuyos ingredientes y motivaciones de los implicados serán esclarecidos, luego de las investigaciones en curso…
http://alocubano.nireblog.com/post/2010/12/02/cine-camilo-cienfuegos-una-indisciplina-social-convertida-en-thriller-politico

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