La autora (datos biográficos tomados de la página web de la propia editorial)
Inés Plana nació en Barbastro (Huesca). Es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona y desde el principio desarrolló su carrera profesional en Madrid. Ha trabajado en diversos medios de prensa escrita y, en el terreno editorial, ha creado y coordinado distintas colecciones de títulos relacionados con la divulgación de la historia y el arte. Actualmente es directora del periódico-magacín Vivir Bien, en la Comunidad de Madrid. Vive en Galapagar, Madrid."Morir no es lo que más duele" es su primera novela: trabajó en ella durante cinco años.
Sinopsis (proporcionada por la propia editorial) Un hombre aparece ahorcado en un pinar a las afueras de Madrid, con los ojos arrancados de cuajo. En uno de sus bolsillos se halla un papel con el nombre y la dirección de una mujer: Sara Azcárraga, que vive a pocos kilómetros del escenario del crimen. Frágil, solitaria, bebedora de vodka en soledad, Sara rehúye cualquier contacto con las personas y trabaja desde casa. El teniente de la Guardia Civil Julián Tresser se hace cargo del caso, asistido por el joven cabo Coira, que se enfrenta por vez primera a una investigación criminal, una investigación difícil, sin apenas pistas, con demasiados enigmas. A medida que el teniente Tresser avance en sus indagaciones, descubrirá unos hechos que darán un trágico vuelco a su existencia y le conducirán a un viaje a los infiernos que marcará su vida para siempre.
Mi opinión Siendo como soy de Salamanca, tierra chacinera, podría decir de "Morir no es lo que más duele" algo parecido a lo que se dice del cerdo en el campo charro donde nací, que de esta novela me gusta todo, que no veo nada desaprovechable en ella. Vamos, que, emulando los dichos aplicados a ese animal tan sabroso, de esta narración me gustan hasta los andares. Intentaré exponer por qué:
1) Personajes variados y perfectamente diseñados. No encuentro ninguno del que pueda decir algo negativo pues cada uno destaca con una individualidad bien definida. Esto que parece una frase hecha, un lugar común de cualquier comentarista elogioso, en mi caso no es tal pues todos los caracteres de los muchos que pueblan la historia carecen en mi opinión de puntos débiles. Da lo mismo que sean Guardias Civiles (el Tte. Tresser y su infierno interior; el cabo Coira con sus problemas de relación con Lola,su novia; el capitán Díaz Visedo con su afición micológica y sus problemillas de salud fruto de los años que no pasan en balde; o la sargento Baldellou de Lloret de Mar), profesionales médicos (el forense Guix o la psiquiatra Adelaida Mabrán), la familia del teniente Julián (su padre al que perdió siendo niño; la madre a la que evitaba y luego echaba tanto en falta; sus recuerdos infantiles que le agobian con imágenes fantasmagóricas que irán tomando cuerpo y sentido; sus relaciones de vecindad con Raimundo, por ejemplo), el mundo íntimo de Sara Azcárraga (profesionalmente, correctora de estilo; personalmente ha borrado de su memoria unas experiencias que la han atacado para siempre), el mundo delictivo más brutal (Halcón, Águila, Búho, Luba...), el profesor asesinado, Tomás García Huete, y su mundo de relaciones en el momento de su muerte y en el lejano año de 1973, etc.2) Una auténtica proliferación de temas y asuntos que se integran unos y otros a la perfección en el relato. Destacaré sólo algunos: la brutalidad de las guerras; el sufrimiento de las mujeres, muy superior siempre al de los hombres; el amor y el desamor; la escasez de medios policiales; el conflictivo momento de enfrentarse a la paternidad; la deshumanización de la medicina cuando se reduce a aplicar protocolos; la literatura, en especial la poesía, como refugio y asidero para seguir viviendo; el alcohol como falsa vía de escape de los problemas; la burbuja inmobiliaria a punto de estallar; el fuerte machismo que impregna gran parte de la sociedad; etc.
3) La ubicación de la historia me ha gustado mucho al desarrollarse en lugares que conozco a las mil maravillas (zona noroeste de Madrid, sierra de Guadarrama, sierra de Gredos en la provincia de Ávila, la propia ciudad abulense...) y que no suelen ser habituales en la novela negra española más amiga de situar las historias en ciudades populosas y cosmopolitas como Madrid o Barcelona.
5) El tiempo. Quizás en esa adicción lectora que con maestría la escritora barbatrense provoca tenga un papel importante la rapidez con que todo sucede, poco más de una semana del año 2007. Un año que está marcado como el del inicio de la crisis económica: “Aquella España del año 2007 seguía disfrutando con placer ciego de una gran orgía inmobiliaria". Al tiempo que la historia transcurre ese año hay continuas referencias a sucesos acaecidos en 1973. La narración bascula entre ambos momentos buscando las razones del hoy en los acontecimientos de ayer. Un narrador omnisciente conduce con buen tino la historia que discurre linealmente en uno y otro tiempos.
6) Crítica socio-política de baja intensidad. Otro de los elementos que me llevan a elogiar esta novela es la delicadeza, la elegancia, con que la escritora deja caer detalles muy de la sociedad en la que se están desarrollando los sucesos que configuran la narración. Destacaría las alusiones con velada crítica a esas urbanizaciones que proliferan en el entorno de las grandes ciudades: "en aquella urbanización. como en tantas otras de la zona, resultaba difícil ir a por el pan sin subirse al coche" (pág. 59). También me parece digna de señalar esa contradicción tan presente en nuestra sociedad que se dice liberada de tabúes pero en la que los homosexuales ocultan con frecuencia su orientación sexual lo que les origina no pocos problemas personales: "«¿De qué les sirve jalearse a sí mismos en la maldita Fiesta del Orgullo Gay si al día siguiente andan escondiéndose por los rincones y comunicándose mediante contraseñas?», fue su última reflexión sobre el asunto, sin hacer un esfuerzo más por comprender los mundos que no eran los suyos." (pág. 299) -piensa el teniente Tresser-. Otro tanto cabría decir de esa endémica carencia de medios de la que se quejan los guardias civiles: la vieja casa cuartel de Hoyos de Aguas siempre húmeda y fría.
7) Elementos de estilo Aquí me gustaría señalar el uso que hace la novelista de la música y de la literatura como procedimientos caracterizadores para algunos personajes: la poesía intimista de Emily Dickinson y las canciones de Karina como aficiones bien diferenciadoras de los dos personajes que están en el origen motivador del relato.
En el campo de las aficiones literarias, la poesía de Dyckinson o los relatos de Poe son del gusto de Sara Azcárraga, mientras que una novela sobre la Princesa de Éboli (seguramente la que en 1998 escribió Almudena Arteaga. Pura intuición personal mía y, por lo tanto, quizá equivocada) es el tipo de lectura relajante que agrada a la psiquiatra Mabrán.
Musicalmente, la correctora de estilo se deleita escuchando a los Carpenters mientras que su perseguidor lo hace con los temas de Karina y de Danny Daniel. Y aunque ya fuera del relato, Inés Plana confiesa en las páginas finales dedicadas a los agradecimientos el que ella debe a Ennio Morricone cuyas composiciones musicales la han acompañado durante la escritura de esta novela. Vistos los gustos musicales de unos y otros, bien nos hacemos idea de sus distintas personalidades.
En este apartado del estilo creo que hay que destacar la elegante veta humorística que en ocasiones la novelista deja ver. Así me ha parecido percibirlo cuando el capitán Díaz Visedo y Adelaida Mabrán discrepan sobre un asunto y el primero reflexiona: "Aquella parecía una conversación de idiotas. «No lo sé, no lo sabemos, ¿qué parte de no lo sé no ha entendido?», le hubiera gustado replicarle" (pág. 181). Este '¿qué parte de no lo sé no ha entendido?' tiene evidentes resonancias políticas próximas en el tiempo. También me parece graciosa esa clasificación tan profesional que da la doctora Mabrán del estado del teniente Tresser ("el teniente estaría incubando un trastorno de estrés postraumático") para esconder la evidente atracción que parece está empezando a sentir por él.
Conclusión
Quisiera destacar, para finalizar, la corrección absoluta de la escritura de esta novela. Desgraciadamente, -y de aquí mis iniciales temores ante una primera novela-, es demasiado frecuente encontrar errores garrafales de todo tipo (ortográficos, impropiedades semánticas, barbarismos, etc.) en novelas de autores noveles. No es el caso de Inés Plana que presenta un texto más que correcto, perfecto. Da gusto leer un castellano tan bien escrito, que no pretende sorprender con alardes innecesarios que comúnmente echan por tierra una buena historia. Inés Plana es una escritora de una pieza que ha escrito una historia creíble, muy entretenida, incisiva con aspectos de negra sociedad, dura en ocasiones, una historia que no rehúye en algunos momentos lo escabroso o desagradable si ello conviene al conjunto del relato. En definitiva, una novela que, seguro, tendrá -ya la está teniendo- una magnífica andadura. Y una novelista que a poco que se lo proponga la veremos codearse con la élite de la literatura en español. Por lo que leo en las redes da la impresión de que la segunda novela de esta oscense ya está cocinándose, una buena noticia sin lugar a dudas. Y es que, en definitiva, Inés Plana no es flor de un día, es una escritora de la que habrá que estar muy atentos en el futuro.