Revista Libros

Inés y la alegría, de Almudena Grandes

Publicado el 02 marzo 2011 por Goizeder Lamariano Martín

Inés y la alegría, de Almudena Grandes

Título: Inés y la alegría

Autora: Almudena Grandes

Editorial: Tusquets

Año de publicación: 2010

Páginas: 715

ISBN: 9788483832530

Acabo de terminar de leer Inés y la alegría hace menos de media hora. Desde que se publicó en septiembre del año pasado tenía unas ganas enormes de leerlo, a pesar de que hasta entonces lo único que había leído de Almudena Grandes era Las edades de Lulú. Hace ya varios meses que reservé el libro en la biblioteca y por fin, después de una larga espera, llegó a mis manos.

Lo cogí con muchísimas ganas y desde las primeras páginas me sedujo la historia. Sin embargo, al final me he tenido que pegar estos dos últimos días un atracón para poder terminarlo antes de devolverlo a la biblioteca. ¿La razón? Habitaciones cerradas, de Care Santos. Pero esa es otra historia.
Porque ahora la única historia que importa es la de Inés. Lo primero que he pensado al terminar el libro es que no podía haber tenido un título mejor. Me ha encantado el personaje de Inés, su historia, su evolución, su transformación. Pero sobre todo me ha gustado su entusiasmo, su pasión, su fuerza, su valentía, su entereza, su tesón. Su alegría.

Sus ganas de vivir, de seguir hacia adelante, de sobrevivir, de superar todos los obstáculos, de sobreponerse a todos los golpes, a todas las adversidades. Su capacidad para olvidarse del pasado, para no mirar nunca hacia atrás, pero tampoco hacia adelante. Su fuerza para disfrutar al máximo el presente, el hoy, de saber que eso es lo único que importa, porque el pasado ya no cuenta y es mejor no pensar y no mirar a los ojos del futuro.
Esa alegría que la alejó de su familia falangista, del piso de la calle Montesquinza, de esa cárcel familiar pero no por ello menos desesperante, opresora y asfixiante. De Madrid, de su ciudad, de su vida, de su pasado. Esa misma alegría que le ayudó a sobrevivir en la cárcel de Ventas y en la de Pont de Suert, donde el carcelero era su propio hermano y donde tuvo que huir no sólo de él, sino también de la enfermiza, cruel y abusiva obsesión de otro falangista.
Esa alegría que le llevó hasta Bosost, en el Valle de Arán, y a Toulouse, en Francia. Pero, sobre todo, esa alegría que le llevó hasta Galán, su único amor, el amor de su vida. Un amor por el que valía la pena vivir, aunque fuese en la clandestinidad, en la injusticia, en el miedo, en la guerra. Porque ya se sabe que no hay vida como la clandestinidad, ni mejor, pero tampoco peor.
Esa alegría que no le dejaba hundirse, desesperarse, rendirse. Ni siquiera llorar. Porque Inés no es de esa clase de personas. A ella no le gusta la compasión. Le gusta luchar, pase lo que pase, hasta el final. Pero, por encima de todo, le gusta cocinar. Y es esa pasión por la cocina la que le hará avanzar, crecer, cambiar, madurar pero, sobre todo, vivir.
Tanto me ha fascinado, seducido y admirado la alegría de Inés que las 715 páginas del libro me han sabido a poco. Me hubiera gustado seguir conociendo la historia de Inés, de Galán, de sus hijos y sus nietos Pero también la de Comprendes, el Zurdo, el Lobo, el Botafumeiro, el Sacristán, el Cabrero, el Bocas, Montse, Angelita, Amparo, Lola. La de todos los que durante la Guerra Civil, la dictadura de Franco e incluso después, durante la democracia, cuando ya no tenían que esconderse, que huir, cuando ya nadie les perseguía, cuando volvían a ser libres, cuando volvían a su tierra, su hogar, su país, cuando la clandestinidad era un mal sueño, una pesadilla que nunca podrían ni querrían olvidar seguían creyendo en el Partido Comunista, porque ese partido, al margen de sus dirigentes, de los políticos, de los objetivos, de los congresos y de las reuniones era su familia.
Una familia que les había permitido vivir los peores años de su vida, los más duros, los más cuesta arriba, pero también los mejores, los más dulces, los más felices. Más de treinta años irrepetibles, inolvidables, únicos. Para lo bueno y para lo malo.
Aunque tengo que confesar que los capítulos más históricos me han resultado mucho más aburridos, al final me ha gustado cómo se cruzan la vida, las historias, el pasado, el presente y hasta el futuro de todos los personajes.
Sólo puedo ponerle una pega a esta novela. En las primeras páginas, habla de la ciudad francesa de Toulouse y la ciudad española de Tolosa, pero se refiere a esta última como una ciudad de Navarra, cuando Tolosa no es Navarra, sino Guipúzcoa. Sin embargo, esta pequeña pega casi se me olvida al final del libro, cuando hablando del pamplonés Jesús Monzón  Repáraz y de su novia, también pamplonesa, se menciona no solo a Pamplona, sino al barrio de la Rochapea, el barrio en el que he vivido entre 2005 y 2010. Una cosa compensa la otra.
Es difícil reseñar un libro de 715 páginas con tantos personajes y tantos escenarios. Madrid, Pont de Suert, Bosost, Viella, Toulouse. Unos escenarios en los que muchas cosas son importantes y trascendentales: la Unión Nacional Española, la operación Reconquista de España, la Radio Pirenaica. La historia de amor y desamor de Carmen de Pedro y Jesús Monzón Repáraz, la de Dolores Ibárruri y Francisco Antón. Pero, si hay algo importante y trascendente en esta historia es Inés, su alegría y su dulzura, tan intensa como la de cinco kilos de rosquillas.


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LOS COMENTARIOS (2)

Por  Goizeder Lamariano Martín
publicado el 25 abril a las 12:08
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Miguel, no me extraña que te encantase el libro, no es para menos. La verdad es que tienes razón, el retorno es bastante rocambolesco, pero creo que la única que puede responder a tu pregunta es la propia Almudena Grandes. Un saludo.

Por  miquel
publicado el 11 marzo a las 23:40
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Me encantó el libro, pero leyendo el capítulo II, no entiendo como el Pasiego y el Sacristàn se quedan en España, estando èste último mal herido, cuando para la retirada disponían de camiones, para volver meses depués desde Tremp a la Costa Brava y luego en barco. Alguien me puede explicar porqué Almudena escoge este retorno tan rocambolesco ? Espero alguna respuesta u opinión