Analizar el contexto histórico en el que se desenvuelve este personaje es clave para comprender su actitud hacia los romanos. Tras el desarrollo y expansión del reino de Judea bajo la dinastía de los Asmoneos, poco a poco, y debido fundamentalmente a las luchas por hacerse con el gobierno, el poderío judío entra en decadencia y acaba sucumbiendo en el 63 a. C. cuando Pompeyo conquista Jerusalem e integra Judea en la provincia romana de Siria. En el torbellino de las diferentes guerras civiles romanas, una figura, el padre de Herodes, Antipatro, se irá haciendo con el poder en Judea, anulando uno a uno a todos sus rivales y poniéndose al lado de Cesar primero y de uno de sus asesinos, Casio, después, según le fuera interesando. Lo mismo hará su hijo Herodes. Primero se mostrará como fiel aliado de Marco Antonio, llegando a entregar al Egipto de Cleopatra parte de su reino por orden de este. Tras la derrota de Actium y el final de Marco Antonio, se pondrá de inmediato a disposición de Augusto y su mano derecha Agripa, con los que siempre mantendrá una excelente amistad.
Matanza de los inocentes representada en un manuscrito del siglo X.
Por otro lado debemos obviar la falsa imagen como homicida de niños judíos que la tradición cristiana se ha esforzado por dar de Herodes que, según un pasaje de San Mateo, ordenó, temeroso de perder su trono ante la llegada de un Mesías, matar a todos los menores de dos años nacidos en Belén. Hoy es perfectamente conocido que tal episodio es falso, puede que se inspirara en una de las purgas que el Rey hizo entre los miembros más jóvenes de la nobleza judía que conspiraba contra él. A pesar de lo erróneo de esta imagen, es la que nos ha llegado a través de la Edad Media hasta nuestros días, afortunadamente esta obra viene a darnos la dimensión exacta de este hombre, no exenta, por supuesto de una larga lista de muertos entre familiares y rivales políticos.En definitiva, gracias a la arqueología y a fuentes como Flabio Josefo, o Nicolás de Damasco sabemos que casi siempre supo mantenerse en equilibrio para que siendo en realidad culturalmente griego, parecer un recto monarca judío, para saber gobernar Judea manteniendo el equilibrio entre los intereses de su reino y los de su amo romano.También supo mostrarse generoso y protector con su pueblo e implacable con cualquier tipo de oposición interna, incluso si esta venía de su propia familia.
Analicemos la obra.
LOS AUTORES
Jean Claude Colvín. Arquitecto y director de investigación en el CNRS francés, ex-director de la Misión Arqueológica de Karnak en Egipto, responsable de operaciones en Túnez y topógráfo de numerosos sitios arqueológicos en el Mediterráneo. Ha escrito también Ciudades del mundo antiguo en el 2015, Viaje por el Antigua Egipto (2016) y Palacios Imperiales de la Roma Antigua (2016).
Jean Michel Roddaz. Es profesor de Historia de Roma en la Universidad de Boudeaux, investigador y especialista en historia política de Roma, en especial en el periodo augusteo.
LA OBRA
Aparece estructurada muy claramente en tres partes:
Parte primera: para mí ha sido la más sorprendente porque gira en torno a la verdadera dimensión humana y política de Herodes. Los autores se enfrentan a la difícil tarea de ofrecernos una visión real del rey de Judea. Falso infanticida, amante y fiel aliado de Roma, filo-heleno y aparente piadoso judío, ejecutor de una parte importante de su familia, asesino de jóvenes aristócratas que osaron oponérsele, etc. Gracias a las dos excelentes fuentes que son Josefo y Nicolás de Damasco nos acercamos al verdadero Herodes, aprenderemos más sobre su ascenso al poder, sus buenas relaciones con Roma, independientemente de quien gobierne. Herodes, al igual que su padre Antípatro, siempre se mostrará como un fiel aliado y un gran defensor de los intereses romanos en Próximo Oriente.
Parte segunda: aquí se entra en profundidad en su actividad constructiva. Es el núcleo de la obra y una de las partes más valiosas e interesantes.
Palacio y fortaleza de Masadá.
Herodes realizó a lo largo de su reinado unas 50 grandes construcciones por todo Oriente próximo y Grecia. Preciosos complejos en Jericó, Samaría, Jerusalem, Cesarea, Masada, etc. Con respecto a esta faceta debemos explicar que en la primera década de su reinado se dedicó a fortificar su reino frente a las agresiones de los bandidos y a las incursiones persas. Por eso se centró en las zonas desérticas limítrofes a los pueblos del desierto, en torno al Mar Muerto. Hacia el año 30 a.C tras el terrible terremoto que costó la vida a más de 30.000 personas afrontó la reconstrucción y la reparación de los daños producidos en sus ciudades. La primera actuación fue en Samaría que rebautizó como Sebasté en honor a Augusto. Otro gran proyecto fue la construcción del puerto y de la ciudad de Cesárea Marítima. En todos estos proyectos Herodes se esforzará en dejar patente su marca de fábrica: la grandiosidad. Un ejemplo: la superficie total del Templo de Jerusalem era de 144.000 metros cuadrados, era el más grande de la Antigüedad(seis veces más grande que el Foro de Augusto en Roma). Son espectaculares también los palacios que en muchos casos cumplen la función de fortalezas de Jericó, Jerusalem, Herodión, Masadá, Cesárea, etc. Todos ellos fueron fiel testimonio de la riqueza del soberano que los construyó.Parte tercera: en esta parte final del libro se analizan los modelos e influencias de esa actividad constructiva, síntesis de la tradición judía, la influencia helenística y los nuevos modelos que desde la renovada Roma de Augusto y Agripa se extenderán por el mundo.
Vista aérea de Cesárea Marítima. Uno de las grandes logros de Herodes.
El libro, como muchas otras de las obras que ya hemos reseñado de Despertaferro Ediciones tiene varias virtudes, aunque me gustaría resaltar dos en concreto: la generosidad del aparato gráfico que acompaña a la obra, tanto por las espectaculares ilustraciones que incorpora como por el gran formato de la obra en si misma; y el hecho de que este profundo estudio cubre un vacío historiográfico sobre la figura de Herodes en castellano.Es en definitiva una obra que permite una aproximación muy completa tanto a la faceta constructiva de este gran rey como a la verdadera dimensión humana y política de Herodes, un personaje fundamental en su época cuya imagen ha sido muy maltratada a lo largo de nuestra historia.
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