Año: 2011
Género: Acción.
País: Estados Unidos.
Duración: 104 minutos.
Dirección: Patrick Lussier.
Intérpretes: Nicholas Cage, Amber Heard, William Fichtner, Billy Burke, David Morse.
"Milton es un delincuente endurecido con una última oportunidad de redención. Empeñado en frenar una sanguinaria secta que asesinó a su hija, Milton tiene tres días para impedir que sacrifiquen a su pequeña nieta en noche de luna llena. Además, deberá hacer uso de su furia para ir más allá de los límites humanos y salvar su último vínculo con la humanidad. A Milton se le úne Piper, una joven camarera sensual y astuta que le roba a su novio el V8 color cereza para ayudar a Milton. Ambos ahora se encuentran sobre la pista del carismático Jonah King y sus despiadados seguidores. King tirará a cada uno de sus fieles bajo las ruedas del turbo negro modelo ’71 para cumplir su misión y desatar el Infierno en la Tierra. Pero la sanguinaria secta es el menor de sus problemas. La policía está también tras sus pasos. Y peor aún, un enigmático asesino conocido como “El Contador."
La dupla Lussier-Farmer ya había dejado en claro con Sangriento San Valentín (reseña) que eran un par de cuidado en cuanto a casquería clase B significase, y más ahora que tomaron el 3D por las astas. Con Infierno al Volante, han subido un par de escalones más y se han sobrepasado totalmente con una película de acción grotesca y desmesurada.
Las primeras escenas ya dejan en claro por donde van los tiros acá (nunca mejor dicho): persecuciones en autos a toda velocidad, tiroteos, un Nicholas Cage implacable destrozando a sus enemigos miembro por miembro, mucha sangre y objetos volando a la cara del espectador. Y eso fue sólo la primera escena. El objetivo de John Milton es recuperar a su nieta de una banda de locos satánicos, y no lo detendrá (casi) nada para lograr su objetivo.
Buena parte de la película es una road movie descerebrada y llena de plomo y sangre, en la cual uno a uno los escollos con los que se encuentran Milton y su acompañante de turno Piper; de no ser por el giro fantástico que ocurre a mitad de la película (hasta este momento, el espectador incauto que no leyó la sinópsis bien ni vio un trailer pensará que ésta es una película de venganza corriente), las cosas hubieran podido ser un poco menos chabacanas de lo que resultaron ser. Pero claro, teniendo el cuenta que Todd Farmer también escribió Jason X, todo es posible.
Realmente, Nicholas Cage está a todo trapo. Últimamente viene en picada con los papeles que elige, pero curiosamente el perfil para el personaje principal de la película le pertenece sólo y sólo a él, un papel totalmente descafeinado y con mucha mala leche: sin él hubiera sido cualquier cosa para mal, porque la película ya es cualquier cosa, serie B. Su contraparte femenina es Amber Heard, que aparece tan hermosa como malhablada y que por esas cosas del destino todavía no se llevó por delante a Hollywood y ésta es su carta de presentación más grande al momento. Espero que se le abran las puertas más seguido. En otros papeles igual de importantes se encuentran William Fichtner como el Contador, un personaje misterioso cruza del T-1000 con un Hombre de Negro que se roba la película con sus apariciones, y Billy Burke como el jefe del clan satanista, desgraciado y loco de remate a más no poder.
Como película íntegramente realizada en 3D, Infierno al Volante cumple su objetivo. El aspecto digital es impresionante y Lussier se siente como pez en el agua filmando con este tipo de cámaras; poco a poco está desmostrando que es un buen director, tan buen director como editor. La profundidad se nota nítida y casi palpable, y los momentos 'te-tiro-tal-cosa-a-la-cara' continúan funcionando muy bien, si se hacen bien, claro.
Pero, ay, por más sangre, vísceras, heridas de bala y explosiones que tenga tu película, incluso dentro de la locura que representa la película en si, todos los aspectos tienen que estar cuidados. Y si en un aspecto la película falla, es en hacer un uso de los efectos CGI convincentemente. Ya en el trailer se podía ver cuando lanzaban un hacha al personaje de Cage y quedaba horrible; bueno, en la película no queda tan feo pero igual es raro. Igualmente, el punto cúlmine de este descuido es la muerte de un personaje casi al final de la película que realmente me hizo dudar de si en verdad de veía tan horrible como lo acababa de ver: es más, me resultó un autoinsulto a la película.
En otra cara de la película, debo decir que el compositor Michael Wandmacher me sigue sorprendiendo, como lo hizo en Sangriento San Valentín y en Piraña 3D: la música original y la banda sonora son bien grindhouse y le agregan un detalle perfecto a la propuesta que significa la película.
Infierno al Volante podría haber funcionado mejor en taquilla si no se pasara tanto de la raya en su autoparodia y hubiera bajado un par de cambios (sigo con las bromas automovilísiticas) Llegado el final, se siente como si la película se hubiera pasado de revoluciones (bueno, ¡la última broma que hago!) y en el camino, hubiera perdido al espectador que venía soportando el festival destructivo. Espero que si la dupla finalmente llega a concretar Halloween 3D (aparte de Condition Dead 3D y Hellraiser) no se pasen de mambo.
Calificación: B-